
Endurecen la ley tras el brutal asesinato de la refugiada ucraniana en Estados Unidos
Los senadores republicanos barajan la pena de muerte
En un paso firme por la seguridad pública, el Senado de Carolina del Norte ha dado luz verde a la Ley Iryna. Esta norma busca poner fin a las liberaciones fáciles de delincuentes peligrosos.
Lleva el nombre de Iryna Zarutska, una joven ucraniana de 23 años que perdió la vida en un ataque brutal. Su asesinato ha encendido un debate nacional sobre el sistema de fianzas y la protección de los ciudadanos comunes.
Iryna Zarutska llegó a Estados Unidos como refugiada, huyendo de la guerra en su país natal. Trabajaba en una pizzería en Charlotte para construir una vida mejor.
Una noche de agosto, mientras volvía a casa en el tren ligero Blue Lynx, un hombre la atacó con un cuchillo. Recibió múltiples puñaladas y murió en el acto.

El culpable, Decarlos Brown Jr., era un indigente con graves problemas mentales. Su historial era alarmante: al menos 14 arrestos previos por robos, agresiones y violaciones a la ley.
Solo unos meses antes, en enero, había quedado libre sin pagar fianza. Todo por una llamada falsa al 911, donde prometió comparecer en corte. Pero nunca lo hizo, esta cadena de fallos en el sistema judicial ha indignado a miles.
Barajan la pena de muerte
La aprobación de la ley llegó gracias a la mayoría republicana en el Senado estatal. El líder Phil Berger la defendió con pasión. "Hemos esperado casi dos décadas para superar obstáculos judiciales", dijo.
La norma elimina las fianzas sin efectivo para crímenes violentos como homicidios o agresiones graves. Ahora, los jueces deberán considerar el riesgo real de reincidencia. También endurece las reglas de libertad condicional antes del juicio.
Los acusados con antecedentes deben demostrar que no son una amenaza. Un punto clave es el factor agravante para delitos en transporte público. Atacar a alguien en un tren o autobús sumará años extras a la pena.
Además, la ley revive el debate sobre la pena de muerte. Suspendida en 2006 por cuestiones legales, los republicanos quieren traerla de vuelta.
El Departamento de Justicia federal ya confirmó que casos como el de Iryna podrían calificar para ella. Esto ha dividido al Congreso estatal, todos los senadores demócratas votaron en contra. Incluso, abandonaron la sesión para no respaldar la cláusula de la pena capital.
El eco de este caso trasciende las fronteras de Carolina del Norte. Senadores federales como Thom Tillis, del mismo estado, y Tim Scott, de Carolina del Sur, impulsaron una propuesta nacional. Crearía un grupo de trabajo contra la violencia en el transporte público.
Obligaría a reportar estos incidentes al Congreso de forma regular. "Nadie debería temer por su vida solo por ir al trabajo o a la escuela", enfatizó Scott, quien preside el Comité de Banca del Senado.
En las calles de Charlotte, residentes y activistas marcharon en memoria de Iryna. Pidieron reformas urgentes. "El tren que uso todos los días ya no se siente seguro", contó una madre local a reporteros.
La tragedia de Iryna Zarutska no es un caso aislado. En los últimos años, ataques en transporte público han aumentado en ciudades grandes.
En Nueva York y Los Ángeles, incidentes similares han costado vidas. Esta ley busca romper ese ciclo. Refuerza la idea de que la justicia debe priorizar a las víctimas.
Mientras el sol se ponía en Raleigh el día de la votación, familiares de Iryna observaban desde las gradas. Lágrimas y aplausos se mezclaron. "Esto honra su memoria", dijo un primo que viajó desde Ucrania.
Con esta aprobación, Carolina del Norte envía un mensaje claro: la impunidad termina aquí. La norma podría firmarse en semanas. Si pasa la Cámara, entraría en vigor pronto.
Para muchos, es un alivio. Para otros, un desafío ético. Solo el tiempo dirá si equilibra seguridad y derechos.
Lo cierto es que el nombre de Iryna ahora inspira cambio. Un recordatorio doloroso de que una vida perdida puede transformar leyes enteras.
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