
EE.UU. estalla contra Sánchez por su pacto con China: ''Se está degollando solo''
Pedro Sánchez ha sido elogiado por Pekín tras su visita, lo que para EE.UU. representa una humillación geopolítica sin precedentes
La visita de Pedro Sánchez a Pekín provoca una reacción contundente desde Estados Unidos que amenaza con graves consecuencias a España. El Secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, ha enviado un mensaje directo tras el acercamiento del Gobierno español a China.
“Es como cortarse el cuello”, declaró Bessent en una advertencia que ha sido interpretada como una amenaza directa al Ejecutivo socialista. Estados Unidos observa con preocupación que países aliados, como España, se acerquen al modelo económico del régimen comunista de Pekín.
El viaje de Pedro Sánchez ha sido visto en Washington como una posible traición a la alianza estratégica con el bloque occidental. Bessent advirtió que quienes intenten acercarse a China saldrán mal parados y lanzó un aviso directo a la Unión Europea en su conjunto.
“Mirar a China en vez de a EE.UU. es una apuesta perdida”, aseguró el Secretario del Tesoro ante medios financieros internacionales. La Casa Blanca ve con recelo que gobiernos europeos mantengan relaciones estrechas con Xi Jinping en plena guerra comercial global.
Desde Washington aseguran que el modelo chino está desequilibrado y orientado exclusivamente a la exportación de bienes de bajo coste. Scott Bessent advirtió que este tipo de economía terminará afectando directamente a los mercados europeos y sus sectores industriales.
La advertencia no es menor. Viene acompañada de la amenaza de represalias comerciales si España no frena sus vínculos con China. Pedro Sánchez ha sido elogiado por los países asiaticos tras su visita, lo que para EE.UU. representa una humillación geopolítica sin precedentes.
China llegó a afirmar que “España está a la vanguardia” de sus relaciones con los países europeos, tras la visita del presidente. Para Washington, estas palabras reflejan una estrategia china para infiltrar su influencia en gobiernos europeos con líderes débiles.
El Gobierno estadounidense quiere frenar esa expansión y ha empezado a señalar públicamente a quienes coquetean con el modelo chino. El mensaje va más allá de lo económico: EE.UU. considera que la seguridad global está en juego si Europa se abre a China.

La amenaza a España es un aviso a navegantes para el resto de países que consideren priorizar intereses comerciales con China. Washington busca que sus aliados presionen a Pekín para reequilibrar su economía y no permitir que inunde Europa de productos.
En el fondo, lo que teme EE.UU. es una pérdida de hegemonía en un mundo multipolar en el que China gana cada vez más espacio. Pedro Sánchez ha optado por un juego de equilibrios peligrosos, desafiando el poder de quienes le garantizan estabilidad global.
Mientras tanto, en España, el Gobierno guarda silencio y evita pronunciarse sobre el tono de la advertencia lanzada desde EE.UU. Lo que parece claro es que Sánchez ha provocado un terremoto diplomático al priorizar la foto con Xi Jinping en vez de la lealtad.
La pregunta que queda en el aire es si esta apuesta por China traerá crecimiento o si, como avisa EE.UU., será “cortarse el cuello”.
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