
El dineral que gasta Sánchez en maquillaje que ya no oculta su cambio físico
El presidente del Gobierno siempre ha estado muy pendiente de la imagen que transmite ante las cámaras
La imagen del presidente siempre ha sido parte de su marca. Desde que llegó a La Moncloa, Pedro Sánchez ha proyectado un aspecto cuidado. Pelo impecable, rostro pulido, traje ajustado.
Sin embargo, toda esa estrategia parece haberse ido a pique después de las últimas apariciones públicas del presidente. Su rueda de prensa por el caso Cerdán fue el inicio donde se vio un gran cambio físico en su rostro. Pero la última comparecencia del pasado fin de semana también ha dado que hablar su imagen.

Detrás hay un equipo y, sobre todo, un presupuesto público.
El maquillaje y la peluquería del presidente y de su entorno más cercano han costado a los españoles más de 247.000 euros desde 2020. Una cifra que, lejos de pasar desapercibida, ha encendido el debate.
El primer contrato conocido, en 2021, rondó los 19.500 euros. En 2022, la factura se elevó hasta los 30.000 euros por unas 119 sesiones. El último acuerdo, adjudicado en julio de 2024, fija un coste de 41.810 euros.
Incluye unas 190 intervenciones a lo largo de un año. En Moncloa, en desplazamientos oficiales, en cualquier escenario donde Sánchez deba aparecer impecable.
La media impresiona. Entre 206 y 331 euros por sesión, según el lugar, y no se trata solo del presidente. Vicepresidentas, ministros y otros altos cargos también reciben estos servicios.
El Gobierno defiende el gasto. Asegura que la imagen institucional forma parte de la estrategia de comunicación y que mantener una presencia cuidada es necesario en un contexto político donde cada detalle cuenta.
Pero la polémica no se detiene ahí. El contrato actual vence el 30 de junio de 2025.
Ya en abril, según algunos medios, el Ejecutivo lanzó una nueva licitación por 58.741 euros. Esta se habría llevado a cabo para cubrir 190 sesiones entre julio de 2024 y diciembre de 2025. Todavía no se sabe qué empresa se llevará el contrato.

Mientras tanto, la factura sigue creciendo. Y en paralelo, la imagen de Sánchez muestra signos de desgaste.
En sus últimas apariciones públicas, se le ha visto más cansado. Con rasgos marcados y un aspecto menos fresco que en sus primeros años de mandato.
Las jornadas maratonianas, la presión política y el peso de la gestión parecen haber dejado huella.
El contraste es evidente. Por un lado, un gasto millonario para garantizarle peluquería y maquillaje profesional. Por otro, un presidente que, a pesar del dinero invertido, proyecta una imagen cada vez más fatigada.
Desde Moncloa aseguran que el gasto es habitual en cualquier gobierno y que no se trata de un privilegio personal. Sino de una exigencia de la comunicación política moderna.
Lo cierto es que las cifras hablan solas. Más de un cuarto de millón de euros en cuatro años.
Cientos de sesiones de peluquería y maquillaje y la promesa de que la partida seguirá en el futuro.
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