
La dictadura venezolana detiene a una periodista tras denunciar robos en Caracas
La dictadura chavista, apoyada por Podemos y Sumar en España, vuelve a arremeter contra la libertad de prensa
La periodista Nakary Ramos fue detenida tras publicar un reportaje que evidenciaba el aumento de robos en Caracas, Venezuela. La dictadura chavista, apoyada por Podemos y Sumar en España, vuelve a arremeter contra la libertad de prensa.
Ramos, de 28 años, trabaja en el medio Impacto Venezuela y fue arrestada junto a su esposo, Gianni González, asistente de cámara. Ambos fueron interceptados sin orden judicial, en plena calle, y trasladados al Palacio de Justicia, sin informar de su paradero.
Durante dos días, sus familiares no supieron nada. Denuncian su desaparición forzada y exigen su inmediata liberación. Nakary había publicado un reportaje con testimonios de víctimas que denunciaban robos constantes en la capital venezolana.
El trabajo señalaba un repunte de los delitos atribuido a la llegada de migrantes repatriados por el régimen chavista. Tras la publicación del reportaje, la cuenta de Instagram del medio eliminó el video sin explicación alguna.
Organismos como el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) y el Sindicato Nacional de la Prensa denunciaron la detención. Hasta las 6:00 pm del jueves 10 de abril, ni Ramos ni su esposo habían comparecido ante el Tribunal de Control Estadal.
Los reporteros fueron detenidos por órdenes políticas tras criticar la inseguridad que vive Caracas día tras día. Diosdado Cabello, alto cargo chavista, acusó en su programa “Con el mazo dando” a quienes denuncian robos de ser farsantes.
Según Cabello, las víctimas “no existen” porque no hay denuncias oficiales en la policía científica (CICPC). En otras palabras, si no hay denuncia formal, el crimen tampoco existe. Así funciona la justicia chavista.
La periodista Ramos fue señalada por Michel Caballero, vocero afín al régimen, quien la acusó de “generar una matriz de opinión”. Caballero la responsabilizó de difundir información sin fuentes, aunque en el reportaje aparecen testimonios reales.
En Venezuela, denunciar un robo en redes puede ser más peligroso que el delito en sí. Así lo demuestra este caso. España debería pronunciarse, pero los socios de Sánchez siguen callados ante la censura bolivariana.

Podemos y Sumar, que enarbolan la libertad de expresión en España, blanquean a quienes encarcelan periodistas en Caracas. Aquí hablan de democracia, pero allí avalan persecuciones, censura y propaganda al más puro estilo cubano.
El caso de Ramos recuerda que la dictadura actúa con impunidad y sus cómplices internacionales guardan silencio cómplice. Mientras el régimen silencia a periodistas, sus defensores en Europa siguen lucrándose con su discurso libertario.
La reportera detenida es madre de una niña de cinco años. Su arresto no solo es injusto, sino inhumano. Organizaciones de derechos humanos piden su liberación inmediata y garantías para ejercer el periodismo libre.
El chavismo no tolera voces incómodas, y quienes lo defienden desde España son responsables de ese silencio represivo. Hoy es Ramos. Mañana puede ser cualquiera que se atreva a contar la verdad en un país dominado por la mentira oficialista.
La libertad de prensa en Venezuela no solo está bajo amenaza: está secuestrada. Y sus cómplices están también en Madrid.
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