
El Delegado del Gobierno blanquea las violentas protestas propalestina
Francisco Martín presenta las protestas como "ejemplo de dignidad"
Una vez más, el Delegado del Gobierno en Madrid se pone del lado de unos y no de otros. Ha descrito las protestas propalestinas de este fin de semana como:
«pacíficas» y «un ejemplo de dignidad»
Obviando que, detrás de la fachada solidaria, muchas de estas marchas se convierten en escenarios de violencia y mensajes radicales. Llama la atención que el Gobierno imponga tantas trabas a agricultores, transportistas y colectivos críticos con sus políticas.

En cambio, adopta una actitud mucho más permisiva con protestas ideológicas vinculadas a causas internacionales, alejadas de las preocupaciones reales y urgentes de los ciudadanos. El Delegado del Gobierno prefiere ensalzar unas marchas que obligaron incluso a agentes de policía a retirarse por la violencia de ciertos manifestantes. Mientras ciudadanos que simplemente paseaban por la zona eran increpados y acosados.
Todo esto ocurre en una ciudad donde los vecinos tienen preocupaciones mucho más urgentes: inseguridad, inflación y el día a día. Pero, una vez más, el Gobierno decide legitimar a quienes le conviene y demonizar a quienes le incomodan.
Así fue la agresión a EDATV en La Vuelta ciclista durante el boicot de la izquierda
La Vuelta ciclista y España han sido los grandes perjudicados de los discursos fomentados por el presidente del Gobierno. Sánchez no dudó en mostrar su "admiración" ante esas movilizaciones y ha conseguido elevar aún más el muro de la polarización.
Esto fue algo que esta casa pudo vivir en primera persona. El radicalismo y la violencia vuelve a ser instalada en los grupos de izquierdas, como se pudo ver el pasado domingo. EDATV estuvo en ese final de La Vuelta ciclista y padeció el sectarismo alentado por Sánchez.
A la hora de preguntar sobre qué le parecía a esos manifestantes el genocidio en África contra los cristianos, la reacción por parte de los manifestantes fue violenta.

Todo empezó con una joven manifestante tirando una bandera de España para sustituirla por una de Palestina. Esto desencadenó la primera pregunta sobre por qué se reemplaza la bandera de su propio país para defender otra. Como si fuera incompatible ser español y apoyar cualquier causa, ya sea más o menos acertada.
Lo cierto es que a raíz de ese momento, conforme íbamos preguntando, el ambiente se iba caldeando. Desde "fascistas" hasta "hijos de puta" tuvimos que escuchar por el mero hecho de estar haciendo nuestro trabajo.
Lo cierto es que varios asistentes para disfrutar de La Vuelta miraban perplejos la violenta escena de estos manifestantes que, en un primer momento, se definían como pacíficos.
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