Esta cantidad pagaba la Complutense a Begoña por los másters que dirigía sin formación
Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, enfrenta graves acusaciones que manchan su gestión en la Complutense
Begoña Gómez se encuentra en el epicentro de una tormenta judicial que pone en cuestión su papel en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Desde 2018, Gómez recibió 37.635 euros por dirigir y participar en dos másters: el de Captación de Fondos y el de Transformación Social Competitiva.
Sin embargo, su labor en la institución ha terminado salpicada por graves acusaciones que dañan su reputación y también la credibilidad de la universidad.
La UCM ha detallado que los ingresos de Gómez se distribuyen entre conceptos como "lecciones", "tutorías", "dirección" y "tribunal TFM".
De estos, 21.483 euros corresponden al máster en Captación de Fondos y 16.152 al de Transformación Social Competitiva.
Aunque estas cifras podrían parecer justificadas, el problema radica en que Gómez carece de un título oficial que respalde su supuesto expertise.
La falta de transparencia en su currículum agrava las dudas sobre cómo accedió a estos puestos en una universidad pública.
Este caso no es un mero tema administrativo: se ha convertido en un símbolo de las irregularidades y los privilegios que muchos perciben como el sello de la gestión socialista.
Investigación judicial
El caso de Gómez no termina en la controversia por sus ingresos. Actualmente está imputada por delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo.
El juez Juan Carlos Peinado investiga si Gómez registró a su nombre una plataforma idéntica a la desarrollada para la UCM por empresas como Indra, Telefónica y Google. Todo ello a pesar de que el proyecto fue financiado con más de 100.000 euros de fondos universitarios.
Según la querella presentada por la asociación Hazte Oír, Gómez inscribió como titular de la entidad mercantil Transforma TSC SL.
Esto habría supuesto una apropiación indebida del software, que, según el juez, era propiedad de la universidad. Además, se le atribuye un delito de intrusismo por haber firmado pliegos técnicos de contratos sin la titulación requerida.
Daño reputacional para la Complutense
A raíz de estos escándalos, la UCM ha decidido cancelar los másters y la cátedra dirigidos por Gómez, justificando la medida por la falta de alumnos y el daño reputacional causado.
En una investigación, la universidad reconoció no haber llegado a una conclusión definitiva, pero señaló la falta de cooperación de Gómez.
Este caso deja un amargo sabor de boca en la comunidad académica y entre los ciudadanos que ven cómo instituciones públicas son utilizadas como trampolines para intereses personales.
La UCM, en lugar de destacar por su excelencia educativa, ha quedado expuesta por su falta de control y transparencia en la gestión.
Un caso que trasciende a Gómez
Más allá de las responsabilidades legales que pueda enfrentar Gómez, este episodio pone de manifiesto una preocupante realidad. La facilidad con la que ciertas figuras cercanas al poder político acceden a puestos privilegiados y a recursos públicos sin los méritos necesarios.
La situación de Gómez es un reflejo de una cultura de favoritismo e impunidad que mina la confianza en las instituciones y perpetúa la percepción de desigualdad entre los ciudadanos.
En una España donde hay miles de jóvenes cualificados, resulta indignante que se concedan cargos y recursos a personas por su proximidad al poder.
Begoña Gómez declarará ante el juez el próximo 18 de diciembre, pero el veredicto de la opinión pública ya parece claro. Este es otro capítulo más en la lista de abusos de quienes se creen por encima de las normas.
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