
Así es como Sánchez piensa beneficiar a sus socios cambiando el sistema electoral
El Gobierno impulsa una reforma electoral para sustituir la fórmula D’Hondt por otro método que favorece a sus socios
El Gobierno de Pedro Sánchez, preuntamente, tiene la intención de promover una reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG). Esto, entre otras cosas, para sustituir la fórmula D’Hondt, utilizada desde 1977 para asignar escaños en el Congreso de los Diputados.
El cambio será por otros métodos alternativos como Sainte-Laguë o el cociente Hare, considerados más "proporcionales". Esta iniciativa busca abordar las críticas sobre la desproporcionalidad del sistema actual, que tiende a favorecer a los partidos mayoritarios.
La fórmula D’Hondt, basada en dividir los votos de cada partido por una serie de divisores consecutivos (1, 2, 3, etc.), ha sido señalada por generar una representación menos equitativa. Especialmente en circunscripciones pequeñas.
Por ejemplo, en provincias como Soria, donde se reparten pocos escaños, partidos con un porcentaje significativo de votos pueden quedar sin representación si no superan a los más votados. En contraste, el método Sainte-Laguë utiliza divisores impares (1, 3, 5, etc.), lo que reduce la ventaja de los partidos grandes y facilita que formaciones menores obtengan escaños.

El cociente Hare, por su parte, se basa en una cuota calculada dividiendo los votos válidos entre el número de escaños. Así asignando representación según cuántas cuotas alcanza cada partido, con los restos distribuidos posteriormente.
Fuentes del Gobierno aseguran que el objetivo es “modernizar el sistema electoral para reflejar mejor la pluralidad de la sociedad española”.
Según proyecciones basadas en elecciones anteriores, como las de 2016, la aplicación de Sainte-Laguë habría reducido los escaños del PP de 137 a 123. Esto, mientras que partidos como Ciudadanos (de 32 a 43) y Unidos Podemos (de 71 a 77) habrían ganado representación. Esto, con mínimas variaciones para el PSOE.
Sin embargo, la propuesta no está exenta de controversia. Partidos como el PP y algunos sectores del PSOE advierten que un sistema más proporcional podría complicar la formación de mayorías estables. Aumentando la fragmentación y dificultando la gobernabilidad.
Además, la reforma no aborda otras fuentes de desproporcionalidad, como el uso de la provincia como circunscripción o el mínimo de dos escaños por provincia, que beneficia a zonas menos pobladas.
Podemos y Sumar, socios de la coalición, han aplaudido la iniciativa, recordando que ya en 2018 defendieron junto a Ciudadanos la adopción de Sainte-Laguë. Con el fin de reducir la brecha entre votos y escaños. Por su parte, partidos nacionalistas como ERC o PNV podrían oponerse, ya que el sistema actual les otorga una representación favorable debido a su voto concentrado.
Según Vozpópuli, el Gobierno planea presentar un proyecto de ley en los próximos meses, aunque necesitará amplios consensos en el Congreso. Esto, dado que la LOREG requiere mayoría absoluta para modificarse. El debate promete reavivar las tensiones entre proporcionalidad y gobernabilidad, en un contexto político ya polarizado.
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