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Pedro Sánchez en el cierre de campaña del País Vasco

POLÍTICA

Algo más detrás de la posible dimisión de Sánchez

Sánchez explicó a la ciudadanía su amor a Begoña Gómez en una carta llena de victimismo


Si algo caracteriza al Presidente del Gobierno es su perfil egocentrista, narcisista,y sus incansables ansias de mantenerse en el poder sobrepasando todas las líneas rojas.

La sorpresa ha sido una carta de Pedro Sánchez dirigida a la ciudadanía, un texto de más de tres folios, donde expresaba su gran amor por Begoña Gómez. Plagada de un victimismo plañidero con una escenificación más cercana a la de una serie de ficción que a la realidad en sí misma de un dirigente de un país. Sánchez necesita unos días para reflexionar sobre su permanencia como presidente después de conocer la noticia que el juzgado de Madrid había abierto diligencias sobre su esposa, por la denuncia interpuesta por el colectivo de Funcionarios Públicos Manos Limpias por supuestos delitos de tráfico de influencias, como ocurrió con Iñaki Urdangarín, aunque en este caso fue condenador por más delitos.

Pedro Sánchez y Begoña Gómez en la Alhambra

Si el lunes 29 de abril Sánchez decidiera dimitir, según establece el artículo 101 de la Constitución Española el Gobierno cesante continuaría en funciones hasta la toma de posesión de un nuevo Gobierno, ocupando el cargo como establece la ley al vicepresidente, que en este caso sería María Jesús Montero.

La toma de esta decisión no parece que estuviera asesorada por su gabinete de comunicación. Las filtraciones de supuestos viajes a Kenia y Sudáfrica que la ponían en el foco de programas receptores de Africa Center, mediaciones para adjudicaciones con empresas privadas, sus reuniones con el empresario Javier Hidalgo con el posterior rescate a Air Europa, los encuentros con Víctor Aldama que actualmente está investigado por la Audiencia Nacional e innumerables supuestos más, la ponen en el epicentro del posible hundimiento del Gobierno.

Son muchas las conjeturas que se barajan desde que salió a la luz su epístola, y “conociendo” al líder socialista no creo que este tema pudiera ser la posible causa de una dimisión. Tiene que existir algo mucho más grave para que el autócrata decida abandonar el barco. El juez Calama ha ordenado la reapertura de la causa sobre el espionaje a Pedro Sánchez por el programa informático Pegasus. Un software creado por la empresa de tecnología israelí NSO Technologies, que puede vigilar de manera remota un teléfono inteligente. En 2022 el Gobierno comunicó que se extrajeron 2,6 Gb del móvil de Sánchez, 9 Mb de la Ministra de Defensa Margarita Robles y 6,3 Gb del terminal de Marlaska en 2021. Puede que el empeño del presidente de reconocer el Estado palestino, no fuera tan buena jugada como pensaba.

Otra hipótesis sería que su propio partido sintiera que la formación está muy debilitada y presionaran a Sánchez con abandonar, pero creando en realidad una pantomima  para salir  más reforzado vendiéndonos el abuso que cometen los medios, la derecha y extremaderecha y así crear una cortina de humo para bajar las supuestas corruptelas del PSOE por el caso Koldo y las noticias que aparecen de la “primera dama”. Con lo cual el lunes utilizaría a su favor el Articulo 112 de la Carta Magna previa deliberación del Consejo de Ministros con una Moción de confianza, que supera con una mayoría simple de los Diputados. Cuestión que le vendría estupendamente de cara a los próximos comicios catalanes, una campaña a medida, al más puro estilo Hollywoodense.

No olvidemos que también existen las filtraciones de los WhatsApp de Sánchez con Rubiales por las negociaciones para invitar a Marruecos al evento deportivo que organizaba España, que no le dejan en buen lugar. Un sinfín de despropósitos que lo ponen en la cuerda floja continuamente.

Quizás dentro de su plan maquiavélico porque Sánchez es impredecible, solo tiene la necesidad de realizar un experimento social. Como el que llevo a cabo el ambicioso Julio César, conocer la reacción de las personas y poner a prueba al pueblo, observando desde su trono en calidad de dictador  como si de una ceremonia se tratara rechazando tres veces la corona. Aunque como sabemos el experimento no salió nada bien porque si “juegas a someter al pueblo, el pueblo terminará revelándose”.

Escrito por Patricia Rodríguez.

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