
Activistas abertzales de Sortu cuelgan dos pancartas en el Valle de los Caídos
La acción se enmarca en la campaña de homenaje a Juan Paredes Manotas, “Txiki”, y Ángel Otaegi, miembros de ETA
El Valle de Cuelgamuros, antiguo Valle de los Caídos, ha vuelto a ser escenario de polémica. Militantes de Sortu, partido de la izquierda abertzale vinculado a EH Bildu, han accedido al monumento y han desplegado dos pancartas de grandes dimensiones.
La acción se enmarca en la campaña de homenaje a Juan Paredes Manotas, “Txiki”, y Ángel Otaegi. Miembros de ETA ejecutados en 1975 por el régimen franquista. Ambos fueron fusilados junto a tres militantes del FRAP, en lo que se convirtió en la última ejecución de la dictadura.
En una de las pancartas se podía leer: “Ni pudisteis, ni podéis, ni podréis. Gora Euskal Herria askatuta!”.

La frase iba acompañada de una ikurriña. En la otra se recreaba la imagen de un fusilamiento, junto a las fechas 1936-1975, los años en los que se prolongó la dictadura franquista.
La acción fue difundida por redes sociales y presentada como un acto de protesta contra el franquismo. Sortu lo enmarca dentro de su campaña “Azkatzera lotuak” (desatar los nudos). Con la que asegura que busca recordar a las víctimas de la dictadura y denunciar la herencia política que, en su opinión, quedó “bien atada” tras la muerte de Franco.
El próximo 27 de septiembre, cuando se cumplen 50 años de la ejecución de Txiki y Otaegi, Sortu celebrará un acto central en el pabellón Anaitasuna de Pamplona. Desde el inicio del verano, la izquierda abertzale ha organizado decenas de actividades en su memoria, presentando a los dos etarras como luchadores antifranquistas.
Esa visión, sin embargo, no está exenta de controversia. El Ayuntamiento de Zarauz, gobernado por el PNV, rechazó ceder un local municipal para una exposición sobre Txiki y Otaegi. El consistorio argumentó que el relato planteado por Sortu omitía su pertenencia a ETA y ofrecía una visión sesgada de su papel histórico.

El Valle de Cuelgamuros, construido en los años cuarenta e inaugurado en 1959, sigue siendo un símbolo cargado de polémica. En este lugar estuvieron enterrados los restos de Franco hasta 2019, cuando fueron exhumados por decisión del Gobierno del PSOE. Ahora, con esta acción, Sortu asegura haber convertido “el monumento franquista en una plaza de reivindicación para Euskal Herria”.
La formación abertzale insiste en que su objetivo es recordar a los fusilados y reclamar el derecho de autodeterminación. En sus comunicados, llama a “izar la bandera de la independencia” y a mantener vivo el recuerdo de quienes consideran “víctimas del franquismo”.
La acción de Sortu, sin embargo, abre un debate más amplio. Para unos, se trata de un homenaje legítimo a personas ejecutadas en la dictadura. Para otros, supone blanquear la memoria de miembros de ETA responsables de la violencia terrorista en España.
A cincuenta años de aquellos fusilamientos, el recuerdo de Txiki y Otaegi sigue dividiendo a la sociedad. Y el Valle de Cuelgamuros, pese al cambio de nombre y a la exhumación de Franco, continúa siendo escenario de disputa política y memoria enfrentada.
Más noticias: