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Hombre de barba y cabello corto hablando en un podio iluminado por un foco de luz con el fondo oscuro y público desenfocado
OPINIÓN

Vox, el ascenso imparable frente a la criminalización del sistema

La opinión de Javier García Isac de hoy, viernes 20 de septiembre de 2025

Las últimas encuestas publicadas confirman lo que venimos advirtiendo desde hace tiempo: Vox se dispara en intención de voto y ya supera los 60 escaños. Un crecimiento sostenido, a contracorriente de la propaganda y la criminalización sistemática a la que es sometido por la maquinaria política, mediática y cultural de la izquierda y sus aliados cobardes del centroderecha.

El partido de Santiago Abascal, demonizado, insultado y atacado sin descanso, se convierte en la única opción real para millones de españoles que han decidido perder el miedo y mirar con esperanza hacia un futuro distinto al que ofrece la decadencia socialista o la cobardía del Partido Popular.

El éxito de Vox: respuesta al hartazgo social

El ascenso de Vox no es un fenómeno casual ni un accidente demoscópico. Es la respuesta directa de un pueblo cansado, hastiado y traicionado por décadas de políticas suicidas. España lleva demasiado tiempo gobernada por quienes desprecian la nación, la identidad y la libertad.

El PSOE, con Sánchez como mascarón de proa, ha convertido la Moncloa en un búnker de corrupción, nepotismo y manipulación, entregando el país a separatistas, comunistas y oportunistas de todo pelaje. Pero no nos engañemos: esta deriva no habría sido posible sin la complicidad activa o pasiva del Partido Popular, siempre dispuesto a contemporizar, a gestionar la rendición con mejores modales y a claudicar en los asuntos esenciales de Estado.

Hoy vemos a un PP asustado, incapaz de asumir su fracaso histórico, que coquetea sin rubor con un pacto con el PSOE al estilo de Bruselas, como si los españoles hubiesen votado para perpetuar el turnismo del engaño y no para cambiar de rumbo.

Inseguridad, inmigración y la mentira del “progreso”

La inseguridad en las calles, la inmigración descontrolada, la llegada masiva de MENAs y la criminalidad creciente son la consecuencia más visible de un Estado que ha abandonado a sus ciudadanos. Las mujeres, que deberían sentirse protegidas, son las primeras víctimas de este desmadre. Los barrios populares, esos que nunca pisan los señoritos de la izquierda, son los que pagan el precio más alto.

Mientras tanto, los autodenominados progresistas nos repiten el mantra del multiculturalismo y la tolerancia, ocultando los datos de delincuencia y manipulando estadísticas para tapar la verdad: España está pagando con inseguridad, desempleo y fractura social el precio de una inmigración masiva que no aporta nada más que desorden.

Corrupción y crisis moral

La corrupción no es ya una mancha puntual, es el ADN del PSOE y de un sistema que protege a los suyos. La mujer del presidente imputada, su hermano señalado, sus ministros bajo sospecha, los escándalos de Ábalos, Koldo y compañía… y la respuesta siempre es la misma: negar, atacar a los jueces, fabricar bulos mediáticos y aferrarse al poder.

Pero la crisis no es solo económica y política. España atraviesa una crisis moral sin precedentes. Se ridiculizan nuestras tradiciones, se criminaliza la fe, se manipula la historia y se adoctrina en las aulas con ideologías que destruyen la identidad y la familia. Frente a todo eso, Vox se planta sin complejos, defendiendo lo que siempre funcionó y lo que siempre nos unió como nación.

Vox: la alternativa sin miedo

El éxito de Vox radica en su autenticidad. No pacta con los enemigos de España, no negocia con quienes quieren romperla ni blanquea a los terroristas. No se arrodilla ante Bruselas, ni ante Marruecos, ni ante las agendas globalistas que pretenden convertirnos en un solar sin soberanía ni dignidad.

Por eso crece Vox: porque dice lo que piensa y hace lo que promete. Porque se atreve a señalar a los culpables de la ruina nacional y a plantear soluciones que otros ocultan por miedo a la prensa, al qué dirán o a la presión internacional.

El camino de no retorno

El pueblo español empieza a comprender que no se trata de elegir entre siglas, sino entre seguir hundiéndonos en la miseria del consenso progre o recuperar una España fuerte, unida y libre. Vox ya no es un partido marginal ni un invitado incómodo: es la tercera fuerza consolidada y camino de ser la primera alternativa real de gobierno.

Por mucho que el PSOE y sus terminales mediáticas lo insulten, por mucho que el PP lo desprecie en público mientras copia sus propuestas en privado, la realidad es que Vox ya está en el corazón político de millones de españoles.

Y lo mejor de todo: no hay vuelta atrás. El camino emprendido es de no retorno. España ha despertado, y el miedo ha cambiado de bando.

Javier García Isac

➡️ Opinión

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