Vino con tres heridas, se fue con tres mil aplausos
Se encontrará disponible para el público hasta el 28 de julio
Dale al aire, cabrero, hasta que silbe tierno.
Dale al cabrero, monte, hasta dejarle inmóvil.
Dale al monte, lucero, hasta que se haga cielo.
Dale, Dios, a mi alma hasta perfeccionarla.
Y así como en el Silbo del dale se encadenan el aire, los cabreros, el monte y los luceros hasta llegar a Dios, se enlazan los versos y las canciones en la pieza de teatro Para la Libertad que se representa en el Teatro Marquina ( Madrid, Calle Prim) como homenaje a Miguel Hernández con música de Joan Manuel Serrat.
A Serrat le debemos haber musicalizado algunos de los mejores versos del poeta de Orihuela, como también hizo con Machado. Los dos junto con Lorca, forman esa tripleta poética, que para un estudiante del SXX, como tantas veces dice César Vidal, compondrían la programación completa, no hay más, pero hay; esa selección dejaría fuera a otro Machado a Pemán y a tantos. De este siglo y de los anteriores, entre otros a Lope de Vega, que decía, yo se lo leí a José María Marco, que la poesía tenía que ser cantada. Y que se canten los versos de MH se le debe a Serrat. Y la música de Serrat le sientan tan bien a los versos de MH que nos parece que música y letra fueron pensados a la vez. Quese cante, en definitiva, ayuda a retener los versos en la memoria.
Y son los efectos de otra memoria, la histórica, los que hacen venir con prevención a una obra como esta. Con lo tentadora que es la figura de MH para turbios propósitos políticos, los autores del guión han planteado un texto elegantísimo, nada propagandístico ni panfletario. MH fue comisario político del Partido Comunista, se alistó en el Quinto Regimiento, poca broma, fue un poeta de combate sí, y no uno de los que van al frente dicen cuatro versos y se van - como se dice en la obra en referencia, supongo a Alberti, - estuvo en la Unión Soviética y en Francia con lo más granado de las nuevas corrientes izquierdistas. Todo esto se menciona en la obra en la que también aparecen el escepticismo conservador de Josefina - poderosos los ha habido toda la vida, y reacción también , lo que hay ahora es revancha –la resignación triste del compañero de celda - y Miguel, no te han abandonado también los tuyos - y el realismo del poeta - pero cómo vamos a hablar de invasores si entre los de enfrente están mis hermanos. En la obra también aparece, el compromiso izquierdista de raíz obrera del poeta, la condena a muerte, - como la de tantos presos de aquel momento, condenados a muerte inicialmente, después a 30 años y conmutadas a los pocos años- la pulsión libertaria del poeta, que no nos puede extrañar solo con leer las descripciones de Foxá de los señoritos de Extremadura, como me pasa Barbadillo, también los habría en el otro costado de España que son los que conocería MH, y la identificación con las reclamaciones de sus compañeros los cabreros. El planteamiento de la obra, es honrado como el olor de los templados establos del Romancillo de mayo. Y esa honradez de planteamiento de la obraes también en ese aspecto, un regalo.
La idea de ver la obra,fue un regalo de Josué Cárdenas y su alma colmenera que nos reencontraba con MH, su poeta y el mío. Nos acompañóJulio su compañero del alma, e Isabel, una mujer morena resuelta en luna. Cárdenas y yo compartimos poeta como cabreros comparten monte y lucero, desde que el día siguiente a la muerte de mi madre arrancara su programa con la Elegía a Ramón Sijé en la pieza más de radio más conmovedora que yo escuché al arrullo de la reja y el transistor, como quien vuelve de la extensión de su herida, a su huerto y su higuera.
Déjense arrullar durante algo más de hora y media con la voz de Daniel Ibáñez, la variedad de registros de Pablo Sevilla y la presencia desbordante de Eva Rubio,plata pura como la aurora, que parece de puro blanca. Todo dirigido por Gabriel Fuentes con Daniel Molina en las musicales armas. No lo duden, vayan a comprar la entrada, déjense atrapar…
…desde el Silbo del dale a la Elegía;
sangren,luchen, pervivan
como la juventud, fuertes
Como el sol del verano, bruñidos
Descansen en su vientre
Como un cabrero y su silbo
dedíquensela a su corazón
aunque todo sea confuso
Disfruten cada canción
y vuelvan después a sus asuntos.
Escrito por Jesús García Conde.
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