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Hombre de cabello corto y canoso hablando en un podio rojo con el logo del PSOE mientras varias personas lo observan sentadas detrás de él
OPINIÓN

La purpurina política no tapa la podredumbre: canto del cisne del sanchismo

Ferraz ha intentado improvisar un lavado de cara tras el estallido de la trama Cerdán

Ayer, en lo que bien podría definirse como un “comité funeral” del PSOE, Ferraz ha intentado improvisar un lavado de cara tras el estallido de la trama Cerdán, el escándalo de corrupción que ha arrastrado a la mano derecha de Pedro Sánchez al calabozo, y el bochorno de las acusaciones de acoso sexual contra el relevo de su relevo. Todo mientras un puñado de CHAROS con bufanda y pegatina, de esas que llevan medio siglo gritando “¡Presidente, presidente!”, montaban la claque en la puerta con la misma pasión con la que defendían las colas del desabastecimiento en tiempos del “Felipe”.

La gran “renovación” (maquillaje con purpurina)

Rebeca Torró, hasta ahora secretaria de Estado de Industria, aterriza como nueva Secretaria de Organización del PSOE tras la defenestración de Santos Cerdán, actualmente entre rejas por presunta corrupción.

Se han nombrado dos adjuntos: Anabel Mateos Sánchez y Borja Cabezón, tras caerse el tercero, Francisco “Paco” Salazar, por la traca final de acusaciones de acoso sexual que le han hecho dimitir antes de calentar silla.

Montse Mínguez releva a Esther Peña como portavoz, con Emma López de adjunta, mientras Cristina Narbona se queda en la presidencia y María Jesús “la Chiqui” Montero continúa como vicesecretaria general.

Dicen que han renovado. La realidad es que han recolocado a los mismos de siempre, y a uno no le ha dado tiempo ni a llegar.

La bomba antes de disparar: Salazar, fuera antes de entrar

El fichaje estrella de Sánchez para aparentar regeneración, Francisco “Paco” Salazar, ha saltado por los aires tras ser acusado de acoso sexual y abuso de poder por varias mujeres del partido.

No llegó ni a sentarse en su nuevo despacho. El intento de “purga” se ha convertido en el mayor ridículo de un PSOE que pretendía dar lecciones de feminismo mientras se le caen a pedazos sus hombres de confianza.

El club de fans de Ferraz: “¡Presidente, presidente!”

Fuera, el panorama era tan patético como significativo: medio centenar de CHAROS, pañuelo y bolso de lona al hombro, gritaban “¡Presidente, presidente!” para animar a un Sánchez que hace tiempo perdió el aura que tuvo en aquel mitin del Circo Price, cuando se envolvía en la bandera de España mientras vendía una regeneración que nunca existió.

Todo era una farsa y ahora se ve.

La cortina de humo: persecución al cliente de prostitución

En un alarde de cinismo, el PSOE ha incluido entre sus “reformas” tipificar como falta muy grave ser cliente de prostitución. Lo dice Pedro Sánchez, el mismo cuya esposa, Begoña Gómez, ha vivido toda la vida entre contratos públicos sospechosos y negocios familiares vinculados a saunas gais que gestionaba su padre en Madrid, de donde salió el dinero con el que la familia vivió mientras presumían de progresismo y moralidad.

La purpurina no tapa la podredumbre.

El sanchismo en fase terminal

Lo de ayer fue el canto del cisne del sanchismo. Intentaron blindar a Sánchez con confeti y aplausos mientras la corrupción les devora y la credibilidad les abandona.

Las voces críticas internas hablan de “cierre en falso”. El PSOE ya no engaña ni a sus votantes, ni a sus socios de Frankenstein, ni a los españoles que ven cómo se desploma un gobierno incapaz de gestionar nada que no sea propaganda.

Fin de ciclo

Pedro Sánchez podrá resistir unas semanas más, atrincherado en Moncloa como “capitán de barco” mientras finge que todo va bien, pero lo de hoy ha sido la constatación de que el sanchismo ha muerto y sólo queda su cadáver político paseado por Ferraz.

Lo que pretendía ser un acto de fuerza se ha convertido en el funeral político de un proyecto tóxico, un marketing hueco que se deshace al mínimo soplido de la realidad.

El PSOE ha intentado recolocar sillas tras la caída de Santos Cerdán, pero las acusaciones de acoso han pulverizado incluso los nombramientos antes de arrancar. La traca final de prohibir la prostitución con fines electorales, mientras la familia de Sánchez vivía de saunas gais, confirma el cinismo de un gobierno que agoniza. El sanchismo hoy suena más a réquiem que a himno de resistencia. El canto del cisne del sanchismo ha empezado.

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