
Feijóo y la gran estafa del centroderecha: salvar al PSOE antes que pactar con Vox
La opinión de Javier García Isac de hoy, jueves 29 de mayo de 2025
Alberto Núñez Feijóo ha vuelto a retratarse. El líder del Partido Popular ha declarado que aspira a lograr 10 millones de votos y que, en principio, descarta gobernar con Vox. Lo dice sin rubor, sin sonrojo, como si no existiera un elefante en la habitación llamado realidad política. Como si no supiera —o lo que es peor, como si no le importara— que el tiempo de las mayorías absolutas ha pasado a la historia. Feijóo prefiere aferrarse a un espejismo electoral antes que aceptar lo que ya es evidente para millones de españoles: que sin Vox no hay alternativa real al sanchismo.
La dirección nacional del Partido Popular actúa con una soberbia que solo puede entenderse desde el desprecio. Desprecian a su electorado, al que engañan sistemáticamente. Desprecian a Vox, al que consideran una molestia. Y desprecian a Santiago Abascal, al que jamás tratan como un socio necesario para ofrecer a España una alternativa sólida al desastre socialista. Porque eso es lo que hay: un Partido Popular más preocupado por salvar al PSOE que por salvar a España.
La estrategia es clara: Feijóo, al igual que sus homólogos del centroderecha europeo en Bruselas, en Alemania o en Portugal, parece preferir un entendimiento con los socialistas antes que un gobierno con Vox. Lo que está haciendo el PP no es tender puentes hacia la sociedad, sino poner diques frente a la posibilidad de un cambio real. El mensaje al votante es preocupante: si quieren echar al PSOE, tendrán que votar sabiendo que el PP no lo hará si depende de Vox. Eso es una estafa política.
Feijóo no quiere que se hable de esto. Prefiere el silencio cómodo, la ambigüedad calculada, la falsa moderación. Pero los hechos hablan. Allí donde el PP no necesita a Vox, actúa como una comparsa del PSOE. Y allí donde necesita a Vox, se mueve a regañadientes, solo cuando se ve obligado. Como bien sabemos, el PP solo gobierna como se debe, cuando Vox le aprieta. Cuando no está Vox, el PP se convierte en esa derecha cobarde que tanto daño ha hecho a España y que tanto ha beneficiado a la izquierda.
En el fondo, lo que molesta a Génova no es Vox. Lo que les duele, lo que no soportan, es que Vox crezca. Que haya una fuerza política con las ideas claras, con principios y sin miedo a dar la batalla cultural, moral y política. Eso no entra en sus planes. La prepotencia del PP no tolera competencia. Por eso atacan, desprecian y ridiculizan a Vox, mientras al mismo tiempo pactan con el PSOE o se muestran dispuestos a hacerlo.
Que el votante tome nota: el PP sigue soñando con una mayoría absoluta que no llegará. Y si llegara, sería incluso más peligrosa, porque Feijóo haría con ella lo mismo que hizo Rajoy: dejar intacto todo el andamiaje ideológico de la izquierda. La memoria histórica, el modelo autonómico, las leyes de género, la ingeniería social... todo seguiría igual, porque el PP, cuando gobierna solo, no gobierna contra el socialismo, sino desde él.
La soberbia de Feijóo es su peor consejera. Y en política, como en la vida, la soberbia se paga. El votante debe saber a qué atenerse. Si quiere que algo cambie, no basta con echar a Sánchez. Hay que echar también a los que lo sostienen con su complicidad pasiva. Lo mejor para España no es un gobierno del PP solo. Ni un gobierno del PP con el PSOE. Lo mejor para España —y quizás lo único que aún puede salvarla— es un gobierno con Vox. O no será.
Porque un gobierno sin Vox es un regreso al bipartidismo corrupto, al reparto de cromos, a los apaños de pasillo. Y eso es lo que ha llevado a España al borde del abismo. El PP aún no se ha dado cuenta —o no quiere darse cuenta— de que no hay un PSOE bueno al que salvar. Hay un régimen socialista que hay que derrotar. Con Vox, o no será.
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