
Moncloa e Interior organizan una campaña para criminalizar a VOX
La opinión de Javier García Isac de hoy, lunes 21 de julio de 2025
Los sucesos acontecidos en Torre Pacheco no son un episodio aislado ni una anécdota sin importancia. Son el síntoma de una enfermedad política y social que ha sido sembrada deliberadamente por la izquierda y el globalismo: la inmigración ilegal, descontrolada, impuesta, y con nula voluntad de integración. Un modelo fallido que no sólo ha fracturado barrios enteros y generado inseguridad, sino que, además, ahora se convierte en la excusa perfecta para lanzar una cacería política contra VOX.
Porque eso es exactamente lo que se está orquestando desde las cloacas de Moncloa y del Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska: una operación de manipulación mediática y persecución política sin precedentes en democracia. El objetivo no es otro que criminalizar a VOX y a sus votantes, a quienes se les quiere presentar como culpables de los disturbios y de una supuesta “escalada de odio”, cuando en realidad son los únicos que se han atrevido a denunciar lo que está ocurriendo en Torre Pacheco y en tantos otros municipios de España.
La verdad que quieren silenciar
¿Qué ha sucedido en Torre Pacheco? Lo que VOX y muchos vecinos llevan años advirtiendo: una población inmigrante desbordada, en su mayoría de origen magrebí, sin raíces ni respeto por nuestras leyes ni nuestras costumbres. Jóvenes violentos, muchos de ellos MENAs, campan a sus anchas con impunidad, sembrando el miedo, agrediendo, robando y desestabilizando la convivencia.
Cuando los vecinos se hartan y se defienden, el Gobierno, sus terminales mediáticas y sus ONGs afines no acusan a los agresores, sino a las víctimas. No investigan qué está fallando en las políticas de inmigración. No reconocen que el multiculturalismo impuesto ha sido un absoluto fracaso. No. La culpa es de VOX. Porque VOX lo denuncia, porque VOX da voz a los olvidados, porque VOX quiere cerrar los centros de MENAs y proteger a nuestros mayores, a nuestras mujeres, a nuestras calles.
Un plan orquestado desde el poder
Según han revelado diversas informaciones publicadas, y con un carácter sesgado y manipulado, televisiones públicas al servicio de Sanchismo, el grupo PRISA que ejerce de medio oficial del PSOE, desde periódicos supuestamente de derechas y que ya nadie lee, con las directrices dadas desde Moncloa e Interior, se llevan días maniobrando para montar una campaña institucional, mediática y judicial contra VOX. Lo hacen justo ahora, en un momento de máxima debilidad del Gobierno por los escándalos de corrupción que afectan a su entorno más cercano: Begoña Gómez, David Sánchez, Koldo García, José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Paca Armengol, Ángel Víctor Torres, Salvador Illa, Felix Bolaños…
Lo hacen porque necesitan desviar la atención, crear un enemigo interior, polarizar a la sociedad e intentar resucitar el viejo espantajo del “fascismo”, ese mismo cuento que llevan décadas repitiendo, aunque ya no engañen a nadie salvo a sus feligreses mediocres y subvencionados.
El Ministerio del Interior no sólo se ha limitado a desproteger a los vecinos de Torre Pacheco. Está elaborando informes internos donde directamente se culpa a VOX de promover altercados y de fomentar el “odio”, mientras se blanquea a los agresores y se oculta el contexto de violencia previa. Marlaska, que no fue capaz de proteger a los guardias civiles en Alsasua ni a las mujeres acosadas por MENAs, ahora pretende erigirse como el paladín del “orden democrático”, persiguiendo a quienes denuncian la verdad.
La izquierda busca su nuevo "11-M"
Esta operación tiene tintes electorales y desesperados. El PSOE y sus socios son conscientes de su desgaste, de su corrupción galopante, del descontento ciudadano. Necesitan agitar el miedo, crear un clima artificial de confrontación para intentar movilizar a un electorado de izquierdas desmotivado y apático.
Y, sobre todo, necesitan eliminar al único partido que amenaza su hegemonía ideológica: VOX. Porque ni el PP ni Sumar son rivales reales para Sánchez. El primero está domesticado y sigue atrapado en su complejito centrista; el segundo, directamente agoniza. Pero VOX representa la España real, la que no sale en los telediarios ni en las columnas de Ana Pardo de Vera ni de Antonio Maestre. Representa a los españoles que no piden perdón por existir, que no se resignan a ser una minoría en sus propios barrios, que no aceptan la Agenda 2030 ni el multiculturalismo forzado.
Por eso quieren silenciar a VOX. Por eso expulsan a periodistas de EDATV del Congreso. Por eso promueven leyes mordaza disfrazadas de “lucha contra los bulos”. Por eso, y esto es lo más grave, se empieza a hablar desde algunos sectores gubernamentales de la ilegalización de VOX. Lo que no consiguen en las urnas, lo quieren lograr por decreto, por manipulación o por represión.
Una advertencia a tiempo
España vive un momento extremadamente delicado. El Estado se está utilizando para perseguir a la oposición y proteger a una casta corrupta. El Ministerio del Interior está al servicio de una ideología, no del interés general. Y los medios de comunicación de la izquierda ya no informan: manipulan, censuran y ejecutan linchamientos morales en cadena.
VOX no puede ser silenciado porque representa una resistencia real. Si hoy callamos ante esta operación sucia de criminalización, mañana vendrán por cualquier otra voz disidente. Como dijo aquel: “primero fueron a por ellos, y no dije nada...”. Hoy van a por VOX. Mañana irán a por ti.
Es hora de decir basta. Basta de mentiras, basta de persecuciones, basta de inmigración ilegal descontrolada. El pueblo español tiene derecho a defenderse, a alzar la voz y a votar en libertad. Y por más campañas que se orquesten desde Moncloa o desde Interior, la verdad siempre acaba abriéndose paso.
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