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Un hombre de expresión seria a la izquierda y un bombero combatiendo un incendio forestal a la derecha
OPINIÓN

Mientras España arde, Sánchez sonríe y culpa al clima

Para colmo, Sánchez vuelve a ser desenmascarado por los hechos

España está ardiendo. Nuestros montes, pueblos y familias están viendo cómo el fuego arrasa hectáreas enteras de bosque y cultivos. Y mientras tanto, el Gobierno de Pedro Sánchez, fiel a su manual de propaganda y manipulación, señala al cambio climático como único culpable. Un relato tan simple como falso, que pretende ocultar la inacción, el fanatismo ideológico y la absoluta incompetencia de quienes deberían estar defendiendo a los españoles.

La realidad es tozuda: casi un centenar de pirómanos han sido detenidos en las últimas semanas. ¿También son consecuencia del cambio climático? ¿O es que, según Moncloa, los incendiarios descienden de otro planeta? Resulta grotesco escuchar a un presidente mentir descaradamente, mientras la tragedia se extiende y las llamas devoran nuestro patrimonio natural.

El desmentido incómodo de la AEMET

Para colmo, Sánchez vuelve a ser desenmascarado por los hechos. La AEMET ha tenido que corregir públicamente su relato apocalíptico: la ola de calor actual no es “la más larga de la historia”, como afirmó sin rubor. España ha vivido hasta cuatro olas de calor más prolongadas desde 1975. El problema, por tanto, no es el termómetro, sino la dejadez del Gobierno.

Porque el fuego no se combate en verano, cuando ya está fuera de control, sino en invierno: limpiando, desbrozando, creando cortafuegos, planificando con medios técnicos y humanos. Exactamente lo que este Ejecutivo prohíbe en nombre de su tóxica Agenda 2030. Un dogma fanático que impide cuidar nuestros montes y condena al país a sufrir incendios cada año más devastadores.

Dos hombres conversan de manera seria al aire libre mientras otras personas están alrededor

Ecologetas desaparecidos y pilotos ausentes

¿Dónde están ahora los “ecologetas” de pancarta y megáfono? De vacaciones, donde han estado siempre. Se movilizan contra los toros o contra el diésel, pero callan cuando las llamas arrasan la naturaleza que dicen proteger. Silencio cómplice, porque saben que su ideología es la que alimenta el fuego.

Y mientras tanto, faltan pilotos para aviones y helicópteros. La plantilla de extinción está bajo mínimos. Pero el Gobierno no destina recursos ni mejora condiciones: prefiere gastar millones en propaganda climática, en ministerios inútiles y en comprar voluntades mediáticas.

El negocio del clima

Sánchez ha convertido el clima en un negocio. Cada incendio, cada ola de calor, cada gota fría es utilizada como munición política. El Gobierno no ve en el fuego una tragedia nacional, sino una oportunidad propagandística. Da la sensación, incluso, de que disfrutan con la catástrofe porque les permite volver a recitar el catecismo del calentamiento global y culpar a “los negacionistas”.

Y lo más indecente: utilizan la excusa del clima para justificar hasta el caos ferroviario. El calor sería ahora la causa de que los trenes no funcionen, como si España fuera un país africano sin medios técnicos. La mentira como método, la incompetencia como sistema, y la propaganda como religión.

La verdad que quieren ocultar

La verdad es otra. España arde porque los pirómanos actúan impunemente, porque los montes están abandonados, porque el Gobierno ha renunciado a construir embalses y obras hidráulicas, porque se ha entregado a la superstición de la Agenda 2030 y porque no hay planificación ni prevención.

La verdad es que Sánchez y su gobierno fanatizado están más pendientes de su rentabilidad política que de salvar vidas, bosques o pueblos. La verdad es que este Ejecutivo es incapaz de poner penas ejemplares a los incendiarios ni de dotar de medios a los equipos de extinción. Prefieren culpar al clima, como si el fuego fuera una maldición bíblica y no el resultado de su negligencia.

España merece otro gobierno

España no necesita un presidente que mienta, que manipule y que sonría mientras el país se quema. España necesita un Gobierno que actúe, que prevenga, que castigue al culpable y que defienda a su pueblo. Lo que tenemos hoy es exactamente lo contrario: un Gobierno que disfruta del desastre porque le permite seguir alimentando su relato.

El fuego arrasa los montes, pero lo que de verdad devora a España es la corrupción moral y política de Pedro Sánchez y su camarilla.

Javier García Isac

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