
Mataró, espejo de una España rendida: islamización, inseguridad y silencio cómplice
Lo que hoy pasa en Mataró no es casualidad. Es el resultado directo de décadas de políticas suicidas de puertas abiertas
En Mataró ya no es noticia la inseguridad, ni lo es el miedo, ni lo es el ruido de sirenas por las noches. Lo escandaloso, lo verdaderamente estremecedor, es el silencio. El silencio de los que deberían proteger a los ciudadanos y prefieren mirar hacia otro lado. El silencio de los partidos del sistema, con el PSOE y el PP como cómplices necesarios, mientras Cataluña y buena parte del resto de España se desmoronan entre el miedo, la criminalidad y una islamización galopante que ya no es un pronóstico, sino una evidencia diaria.
Lo que hoy pasa en Mataró no es casualidad. Es el resultado directo de décadas de políticas suicidas de puertas abiertas, multiculturalismo fracasado, y de cesiones constantes al separatismo y al islamismo político. Es también consecuencia de la criminalización de cualquier voz que, como la de Mónica Lora, concejal de Vox en la localidad, se atreve a denunciar lo que muchos ven y sufren pero pocos se atreven a decir.

Rocafonda: un barrio abandonado a su suerte
No hace falta irse a las afueras de París o Bruselas para ver los efectos del abandono estatal. Basta con pasear por Rocafonda, uno de los barrios más conflictivos de Mataró. Allí, las leyes del Estado han sido sustituidas por códigos tribales y normas no escritas impuestas por grupos extranjeros organizados. Allí la okupación, el tráfico de drogas, los ataques a la autoridad y la violencia son moneda común. ¿Y qué hace el Ayuntamiento? ¿Y qué hace el Govern? ¿Y qué hace el PP, que tanto presume de ser oposición responsable? Nada. Callar.
Solo Vox, con Mónica Lora a la cabeza, ha tenido el coraje de señalar lo evidente: Cataluña ha sido entregada al islamismo y a una inmigración masiva que no solo no se integra, sino que rechaza nuestras costumbres, nuestras leyes y nuestra identidad.
La agresión a Vox: una advertencia que no quieren ver
Durante la campaña electoral de 2023, la carpa de Vox en Mataró fue atacada violentamente. Entre los agresores, según se ha publicado, se encontraba el padre del futbolista Lamine Yamal. Un incidente que, en una sociedad sana, habría provocado condena unánime, investigación rigurosa y medidas de protección a los agredidos. Pero no, en esta España enferma de progresismo y buenismo, la víctima fue silenciada y el agresor, protegido por un sistema que ya no defiende ni la libertad ni la seguridad, sino la ideología.
Mónica Lora lo advirtió entonces: lo que pasa en Mataró pasará en toda España. Y el tiempo, como siempre, le está dando la razón.
La islamización ya está aquí: no es un fantasma, es una realidad
No estamos hablando de religión. Estamos hablando de una ideología invasiva, supremacista, que no busca convivir sino imponerse. Una ideología que niega los valores de la civilización occidental, desprecia a la mujer, amenaza la libertad y exige privilegios y zonas de impunidad.
Y lo peor no es su avance. Lo peor es la colaboración activa de nuestras élites políticas. El PSOE, por puro cálculo electoral, ha hecho del inmigrante ilegal un cliente político. Y el PP, siempre cobarde, prefiere callar antes que ser acusado de "racista" por los mismos medios que lo vilipendian cada día. Solo Vox, otra vez, se mantiene firme en la defensa de la identidad nacional, la ley y el sentido común.
Cataluña, campo de pruebas del suicidio nacional
Cataluña fue el laboratorio de todos los males que hoy contaminan España entera: la educación adoctrinada, la ingeniería lingüística, el blanqueamiento del separatismo... y ahora también la islamización. En muchas localidades catalanas ya hay más mezquitas que iglesias, y los imanes radicales proliferan ante la pasividad (¿o complicidad?) de los Mossos y de los gobiernos locales.
En ese contexto, la denuncia de Mónica Lora no es una anécdota local, es una alerta nacional. Si no se actúa ya, si no se cambia el rumbo, lo que hoy ocurre en Mataró se extenderá —se está extendiendo ya— por todo el país: barrios sin ley, violencia callejera, sumisión institucional y un pueblo que empieza a tener miedo de ser español en su propia tierra.
La hora de la verdad
La pregunta es clara: ¿Vamos a dejar que esto continúe? ¿Vamos a seguir permitiendo que el PSOE entregue España al caos y que el PP se esconda por miedo al qué dirán? ¿Vamos a aceptar que nuestros hijos crezcan en barrios donde ondean banderas extranjeras y se imponen costumbres ajenas?
La alternativa existe, y se llama Vox. Y la voz de Mónica Lora en Mataró es la de miles de españoles que han despertado y no están dispuestos a rendirse. Aún hay tiempo, pero no mucho.
Porque lo que hoy pasa en Mataró, mañana pasará en tu calle.
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