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Hombre de traje hablando y gesticulando en un parlamento
OPINIÓN

Instituto público de la vivienda, un capítulo más de la estafa del Gobierno

Por Antonio Sánchez Sánchez

Sólo hay que ver cómo el gobierno interviene en la gestión de los precios de los alimentos, un bien inherente al primordial derecho a la vida, para saber cómo lo harán con respecto a la vivienda en particular y de manera general con el resto de bienes básicos preferentes. El nuevo proyecto de gestión inmobiliaria pública esconde la intención de controlar la demanda para regular la oferta a voluntad y establecer un monopolio encubierto con la exclusión de la empresa privada.

Si no se construye en España es porque las condiciones para la empresa son draconianas. Las políticas del suelo urbanizable actuales, obligan a que las empresas constructoras sean sometidas a un régimen de pérdidasque, de aceptarlo, sólo supondría un acto empresarialmente camicace, además de una antinomia productiva. Por ello pocas constructoras lo hacen, y si las hay, cabría preguntarse por qué, cómo y para qué lo hacen. ¿Quién, a sabiendas, trabajaría exponiendo ingentes recursos para ni siquiera recuperar lo invertido coqueteando con la quiebra, la ruina y el endeudamiento asegurado? Nadie, al menos en su sano juicio.

Un hombre desenfocado en primer plano con un letrero de salida al fondo en una pared de mármol

En lo que se refiere a la construcción de vivienda socialpública, la solución dada por el gobierno es crear una empresa pública para construir esos cientos de miles de viviendas (que no son otro engaño socialista más al electorado) con que da igual si pierde, si total, la pagamos todos y el dinero público no es de nadie, ¿no? Claro que sí Pedrito, pero tú sigue asumiendo las tesis de tus socios de gobierno los cuales te instan a usurparle por atraco expropiatorio sus propiedades a aquellos que tengan más de una vivienda o aquellas que no las tengan en uso habitual. Surrealista.

Pero tengan una cosa clara, su voluntad no pivota en torno al interés del ciudadano sino al suyo propio, como siempre. Esto, para el bipartidismo, es marca de la casa, a los hechos me remito. Pedro Sánchez, acaba de abrir un nuevo nicho de mercado público con el que seguir llenando las cuentas en República Dominicana, entre otros países, para asegurar retiros dorados a ritmo multimillonario.

Otro punto importante en relación a la construcción de vivienda es el desarrollo y mantenimiento de infraestructuras y la obra pública. Aquí nos detendremos un momento para explicar, aun someramente, el modus operandi que siguen los gobiernos para corromperse en relación a las licitaciones de obra pública y cómo entran en juego las mordidas y el cobro de comisiones ilegales con las que, como vemos hoy día en todos los medios, los políticos hartos de corrupción se llenan los bolsillos y vacían los del resto.

Hombre de traje hablando en un parlamento con gesto serio y fondo desenfocado

Tras convocar una oferta de licitación de obra pública, las empresas interesadas en hacerse con el suculento contrato público se postulan bajo dos criterios elementales, que son el de consecución de la obra con garantías de ejecución y menor precio. Bajo estos dos criterios rectores, dejando constancia de que existen pliegos con otras exigencias o requisitos pero de menor calificación, los gobiernos ejecutan la licitación y asignan el contrato, que si fuera auditado por cualquier agencia independiente sería determinado como insuficiente, ilusorio o irreal, ya que las empresas tiran tanto los precios que hacen que los contratos sean asignados en régimen de pérdidas. Llegados a este punto es donde se materializa la magia. Magia negra, claro está, porque, ¿cómo sino sería posible llevar la obra a término? Más que un acto de magia, podríamos definirlo como un acto de brujería maléfico donde la empresa comienza las obras llegando a un punto en su ejecución donde notifica al ministerio o gobierno del que depende ésta de una ampliación del precio llegando en ocasiones a duplicar o más el mismo, debiendo aumentar el gasto presupuestario para poder continuar con las obras. El ministerio o gobierno autonómico de turno autoriza y ¡voilà! Ahora si se lleva a efecto una obra por el doble o más de lo que otra empresa lo hubiera podido llevar a cabo y entonces es cuando dicha empresa procede al pago de las mordidas o comisiones ilegales como compensación por el favor político.

Esta es la forma, explicada someramente, con la que políticos y empresarios corruptos tejen las tramas delictivas pagadas con los impuestos de todos los ciudadanos, que ya bien se pueden calificar de abusivos y confiscatorios. Todo muy legal y constitucional. Vaya progreso de mierda.

Sin embargo, y en un ejercicio de maquillaje gubernamental, y ante el acuciante descalabro de las garantías sociales, de las cuales los gobiernos son garantes, la política es inundar todos estos pozos de ineficiencia estructural y de merma del desarrollo social con ayudas y subvenciones que no hacen sino incrementar el déficit en los niveles de emprendimiento, desarrollo económico y la mejora del mercado laboral.

Éste, no es sino otro paso más para el incremento y consolidación de redes clientelares propias de regímenes no homologables con la democracia y los estados de derecho, los cuales derivan, más que amenudo, de la aplicación extendida de políticas asumidas por socialistas y comunistas.

Este es un nuevo caso de confiscación de la libertad, donde te dan tu paga en forma de ayudas estatales o subvenciones sin pedir nada a cambio, sin contraprestación objetiva alguna, o una casa, pero bajo la amenaza tácita de que si el partido político que te regala todo ello, no siguen en el poder, lo perderás todo. Nuevas formas de esclavitud encubierta.

Esto supone la implantación de un modelo parasitario, deficitario y carente de toda sostenibilidad en el corto y medio plazo. Esta es la estafa piramidal de la pervertidamente llamada “Justicia Social”. Las estafas piramidales siempre suelen resultar bastante atractivas inicialmente para incautos, ignorantes, despistados o estúpidos, pero que siempre acaban de la misma manera; perdiéndolo absolutamente todo.

Así es como se gestan sociedades dependientes y sumisas carentes de todo incentivo al esfuerzo, crecimiento, competitividad y desarrollo. Estos modelos son una aberración de los principios que fundaron las sociedades modernas y de los que fueron padres Rousseau, Montesquieu y madre la Ilustración. Tiempos pretéritos de auge y expansión intelectual, cultural, artística, social y política; todo ello ahora atacado por los enemigos de la prosperidad y la paz social empecinados en avivar viejos fuegos fatuos con el objetivo de convocar la manifestación de fantasmagóricos espectros macabros que nada tienen que ver con los problemas y mejoras que clamorosamente necesitan los españoles y que se personifican en todos aquellos que quieren destruir España, en aquellos que quieren aprovecharse de la hospitalidad de la tierra que les da cuartel o en los indiferentes, tibios, pusilánimes, negligentes o cobardes; para quienes Dios, como indicó Virgilio a un joven Dante, no tuvo a bien siquiera incluirlos en uno de los círculos del infierno, pero que serán atormentadoshuyendo sin descanso perseguidos por insectos, que les proferirán infectas picaduras y mordiscos eternamente, debido a su falta de compromiso y su absoluta indecisión.

¿Qué círculos les esperarán a Pedro Sánchez, sus secuaces y todos aquellos que aún les apoyan en todos sus desmanes y atropellos democráticos? Os escucho.

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