La falacia del diálogo. Por Onvre Deconstruido
"El PSOE siempre dispara con pólvora del rey"
Saben que pensamos con palabras.
En consecuencia, saben que quien domine las palabras dominará los pensamientos.
El PSOE siempre dispara con pólvora del rey. Y cuando se termina, hipoteca lo que sea necesario, mientras no sea suyo, claro: el dinero del contribuyente, la soberanía, la igualdad, el imperio de la ley, el estado de derecho… ‘hay que hacer de la necesidad virtud’ —Conducator dixit—.
Pero hay un patrimonio que llevan dilapidando desde hace más de veinte años y apenas ocupa titulares, no en vano la RAE es una de las instituciones colonizadas: están desfigurando la lengua española para encajar a golpes la pieza socialista triangular en el agujero constitucional redondo.
Igualdad, democracia, derechos, progreso… son palabras zombies; son ‘muertas vivientas’. Están ahí… las podrás ver deambular por los mítines del PSOE. Parecen vivas, pero están podridas por dentro.
De entre todas, la palabra diálogo es la mayor víctima de Zapatero; la ha maltratado, prostituido y arrastrado desde España hasta Venezuela, convirtiéndola en sinónimo de ruina, miseria y muerte.
La falacia del falso compromiso es aquella que crea la ilusión de haber llegado a una postura moderada o de acuerdo por haber encontrado un ‘punto medio’ entre dos posiciones. Eso sí, sin tener en cuenta si ambos extremos eran igualmente válidos o si la posición intermedia realmente resuelve el problema.
Maduro impone su régimen autocrático y encarcela a quienes, en justicia, se niegan a aceptarlo. Luego aparece Zapatero en el Palacio de Miraflores, reivindicando su papel de hombre de paz, anunciando el triunfo del ‘diálogo’ al encontrar un supuesto punto medio, traducido en la liberación de algunos presos… cuando, en realidad, Maduro sigue madurando, mientras los encarcelados solo recuperan lo que ya era suyo: su libertad.
Es decir, no es que no haga nada, es aún peor… no solo no ayuda a liberar a Venezuela de la autocracia, sino que la blanquea y la legitima. Y lleva años repitiendo la jugada. ¿Qué obtendrá a cambio de sus inestimables servicios?
Lleva tantos años riéndose del pueblo venezolano, que la falacia del falso compromiso, coronada al exiliar al legítimo presidente de Venezuela en España, debería recibir su merecido nombre: ‘la falacia del diálogo’.
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