
Fallarás y la izquierda temen a VOX: repitiendo errores que llevaron a España al 18-J
La opinión de Javier García Isac de hoy, jueves 17 de julio de 2025
Han pasado casi noventa años desde aquel 18 de julio de 1936, cuando gran parte del pueblo español, harto de la corrupción, la violencia y el sectarismo del PSOE y sus socios de entonces, se levantó para frenar la destrucción de la nación. Aquel PSOE que asesinó a José Calvo Sotelo, uno de los principales líderes de la oposición, que impulsó checas, quemas de iglesias y el expolio de quienes no pensaban como ellos, es el mismo PSOE que hoy se sienta en La Moncloa, con otros nombres y otras caras, pero con el mismo ADN totalitario y el mismo odio sectario al que piensa diferente.
Cristina Fallarás, una activista política disfrazada de periodista, se ha despachado contra VOX con un discurso que destila odio y resentimiento, haciendo un llamamiento velado al enfrentamiento civil mientras criminaliza a millones de españoles que votan a Santiago Abascal. Lo hace desde un panfleto llamado ‘Público’, que vive de la publicidad institucional y del sostén de gobiernos socialistas, con apoyo de pseudo terroristas, separatistas y comunistas, esos que nos arruinan mientras pagan con nuestro dinero a sus voceros para criminalizar a la disidencia.
Tienen miedo. Y no un miedo cualquiera. Tienen pánico al ascenso imparable de VOX, porque VOX habla claro, defiende la unidad de España, la vida, la propiedad privada, la libertad y la seguridad de los españoles, mientras denuncia, sin complejos, la corrupción de Pedro Sánchez, de su mujer y de su banda de palmeros y paniaguados. Tienen pánico porque VOX, a diferencia del PP, no está dispuesto a entrar en el juego del consenso progre, ni a aceptar las imposiciones de Bruselas, ni a tragar con la agenda 2030, ni con la inmigración ilegal que está destrozando nuestros barrios y nuestras ciudades.
La izquierda y sus voceros saben que están acabados. Por eso, su última baza para mantener movilizado a su electorado es meter miedo con el espantajo del fascismo, mientras blindan al verdadero problema de España: un gobierno corrupto y reaccionario que añora los años 30 y busca repetir lo peor de nuestra historia.
Porque si alguien quiere reeditar una guerra civil en España, no es VOX, sino esa izquierda miserable que vive instalada en el odio y en el rencor, que no soporta la libertad, que se alimenta del enfrentamiento y que quiere crear una España a su imagen y semejanza: empobrecida, amordazada y dividida.
Estamos a las puertas del 18 de julio y conviene recordarlo: fue la izquierda, con el PSOE al frente, la que provocó una guerra civil con su violencia, su corrupción y su odio sectario. Fue la izquierda la que asesinó a un líder de la oposición en plena democracia, y tras haber cometido un pucherazo en unas elecciones generales. Fue la izquierda la que creó un clima irrespirable que hizo estallar a un pueblo pacífico que, harto de provocaciones, dijo basta.
Hoy, esa misma izquierda, con los Fallarás de turno a la cabeza, se atreve a señalar, insultar y criminalizar a quienes votan a VOX, mientras llaman a la confrontación civil si VOX se convierte en la primera fuerza de la nación. Lo hacen porque saben que VOX no es corrupto, que VOX no está manchado por las tramas del PSOE ni del PP, que VOX no tiene que esconder nada, y que VOX defiende lo que millones de españoles sentimos y pensamos cada día.
No debemos caer en sus provocaciones, pero tampoco podemos permitir que estos voceros de la mentira y de la corrupción nos roben nuestra nación. No debemos consentir que criminalicen a una opción política honrada y coherente, mientras ellos se llenan la boca de palabras como democracia y libertad, que no creen ni practican.
La España actual se parece demasiado a la de julio de 1936, porque tenemos al mismo PSOE de siempre, al mismo odio de siempre y a la misma corrupción de siempre. La diferencia es que millones de españoles no estamos dispuestos a que se repita la historia. No vamos a tolerar que nos dividan ni que nos arrastren a un enfrentamiento civil por su miedo a perder el poder.
El error histórico de 1977 fue legalizar a un partido como el PSOE, cuyas siglas están manchadas de sangre, de checas, de corrupción y de traición a España. Hoy, casi medio siglo después de aquella transición, vemos que aquel error nos persigue: un PSOE incapaz de convivir en democracia sin dividir, sin enfrentar, sin robar y sin mentir. Un PSOE que, cada vez que ve peligrar su poder, recurre al mismo manual de siempre: sembrar odio y miedo.
A las Fallarás de turno conviene recordarles que la nación española no les pertenece, que España es de los españoles, y que no van a destruirla ni a incendiarla de nuevo por mucho que lo deseen. El único peligro real que existe en España hoy es el de quienes quieren imponer un pensamiento único y criminalizar a millones de españoles que quieren patria, pan, justicia y libertad.
Frente a ellos, frente a su odio y frente a su miedo, está VOX, está la España que madruga, la España que trabaja y la España que no se rinde. La España que no se deja engañar ni amedrentar. La España que, una vez más, volverá a vencer.
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