Logo edatv.news
Logo twitter
Mapa del mundo difuminado en tonos beige con un sol naranja en la parte superior
OPINIÓN

DÍA DE LA HISPANIDAD

Por José Rivela Rivela, el cronista apartado

No es una fecha, es una respiración.
Un aire que nos une desde el polvo de las carabelas
hasta la palabra que hoy decimos —España—
con una mezcla de orgullo y de cansancio,
como quien pronuncia el nombre de su madre
cuando ya no la tiene cerca.

Hubo un día en que el mar fue una página,
y sobre su azul escribimos con viento y madera
una historia imposible: llevar el alma al otro lado del mundo.
Y lo hicimos. A veces con fe,
a veces con hambre,
siempre con la obstinación del que busca sentido al dolor.

Una joven de cabello castaño se observa a sí misma en un espejo antiguo con marco decorativo, mostrando una expresión serena y pensativa.

Desde entonces somos una corriente subterránea,
una lengua que florece en cien acentos,
una nostalgia compartida
que canta, discute, reza y ríe con la misma saliva.
Somos lo que queda cuando el ruido pasa:
el eco de una misa antigua,
la sombra de un Quijote en la siesta,
la risa de un niño en una plaza de Lima o de León.

Hoy, cuando el mundo se fragmenta en mil pantallas,
recordar que hubo un idioma que cruzó océanos
es casi un acto de fe.
No para imponer nada,
sino para reconocernos:
la misma raíz, la misma herida,
el mismo asombro ante el sol que cae sobre Cádiz
como sobre Cartagena de Indias.

Que nadie nos robe la memoria del viaje,
ni el temblor del corazón cuando decimos patria
sin pedir perdón.
Porque patria —ya lo sabían los poetas—
no es frontera ni bandera:
es una música que nos llama desde lejos,
una mano extendida,
una luz que persiste en la lengua cuando decimos gracias,
y el alma se arrodilla sin darse cuenta.

➡️ España ➡️ Opinión

Más noticias: