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Veleros decorados con banderas atracados en un puerto con palmeras y edificios al fondo en un día soleado
OPINIÓN

Del Rosh Hashaná 2023 al Yom Kipur 2025

Por Antonio Sánchez Sánchez

58El estado de convulsión permanente que atraviesan las sociedades occidentales en los últimos tiempos repunta al alza ahora con motivo de las movilizaciones que están llevando a cabo grupos vinculados a la izquierda radical quienes reivindican la espuria legitimación de la llamada “Flotilla de la Libertad”. Es curioso lo del apelativo “…de la Libertad” cuando y al mismo tiempo hondear la bandera de palestina. Una moda instaurada por sectores de la izquierda trata de acusar a otros de lo que uno mismo es o hace y pervertir el lenguaje mediante la inversión semántica. Entre los grupos movilizados en diferentes ciudades europeas, con su respectiva representación a bordo de los barquitos, podemos encontrar desde socialistas, comunistas, anarquistas, sindicalistas, colectivos neo-feministas y LGTBI, hasta llegar a completar este conglomerado espectral con fascistas cobardes de capucha y bozo al más puro estilo kale borroka.

Es de justicia dejar claro que el gobierno israelí que dirige Benjamín Netanyahu está llevando a cabo una acometida bélica sobre la franja de Gaza que excede con mucho los parámetros de dureza, proporcionalidad y daños colaterales asumibles pudiendo haber llegado a traspasar la delgada línea roja que por la acción militar le lleven a la presunta comisión de crímenes de guerra.

Sin embargo, debido al periodo de paz más largo de la historia moderna en suelo europeo que venimos casi un siglo disfrutando, la población desconoce la realidad de la guerra. Tras varias generaciones sin que el azote de la barbarie humana, que es en síntesis la guerra, la sociedad actual, adormecida e indolente, sin discernimiento entre lo bueno y lo malo, la verdad y lo falso y donde los límites de la moralidad han sido absolutamente desdibujados, ha creído infantilmente que aquello de la guerra era una cosa de juegos de consola.

Barcos atracados en un puerto decorados con numerosas banderas palestinas y varias personas caminando por el muelle en un día soleado

Para entender por qué ciertas barbaridades calan de manera dogmática en las personas es necesario establecer el perfil de aquellos que son susceptibles de impregnarse de las mismas. Es difícil de entender cómo un sector de la sociedad ha sido absolutamente alienado por consignas que hace ya más de ocho décadas quedaron proscritas para toda la eternidad. Un símbolo que impreso sobre una bandera roja devastó Europa y buena parte del mundo en nombre de una pervertida versión más del socialismo. Sembró el horror y la barbarie, cosechó más de sesenta millones de muertes y que ha pasado a la historia como la representación del fracaso de la condición humana. Tristemente el episodio descrito no ha sido el único que bajo banderas rojas, estrategias de enajenación social, perversión del lenguaje y tácticas psicológicas de manipulación de masas han consumado el genocidio tras la implementación de políticas enfermizas. Véase Stalin en la URSS, Pol Pot en Camboya, Corea del Norte, etc.

En 1948 la Convención de la ONU para la prevención y la sanción del delito de genocidio estableció su definición en respuesta al holocausto. El Código Penal español recoge esta definición en su artículo 607 estableciendo la tipicidad del delito de genocidio en todos aquellos actos que se lleven a cabo con propósito de destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico, racial, religioso o determinado por la discapacidad de sus integrantes en el caso de que mataran, agredieran sexualmente a alguno de sus miembros o produjeran lesiones con mutilación; si sometieran al grupo o a cualquiera de sus individuos a condiciones de existencia que pongan en peligro su vida o perturben gravemente su salud o produjeran lesiones que impliquen pérdida o inutilidad de un órgano o miembro no principal; si se llevaran a cabo desplazamientos forzosos del grupo o alguno de sus miembros y adoptaran cualquier medida que tienda a impedir su género de vida o reproducción; y si produjeran cualquier otro tipo de lesión no descrita anteriormente.

No obstante, en virtud a la corrección y a la propiedad, es necesario apuntar que a lo que comúnmente se refiere la gente trayendo a colación el delito de genocidio bien podría confundirse a con los delitos de lesa humanidad del artículo 607 bis del Código Penal. Son cosa parecida pero no igual, valoración jurídica que no entraré a abordar en este artículo.

Dicho lo cual, en este punto es desde el cual damos un salto espacio temporal y nos retrotraemos a los sucesos acaecidos el infame pasado 07 de octubre de 2023, donde una coalición de milicias terroristas al mando de Hamás, perpetraron la matanza de cientos de familias en los Kibutz y llevaron a cabo también la no menos infame acción sobre aquellos jóvenes quienes distendidos disfrutaban de un festival como inicio de las celebraciones por el Rosh Hashaná que pasará a la historia como un fundido a negro lleno de gritos de terror, desesperanza. Día que quedó saldado con el brutal asesinato de entre 1.400 y 1.600 judíos por el simple hecho de serlo.

No es una simple casualidad fruto del azar el hecho de que la milicia terrorista encabezada por Hamás, que segó la vida de toda aquella gente inocente y pacífica con

ensañamiento, odio y todo tipo de vejaciones, lo hiciera en aquellas fechas tan importantes para el pueblo judío. Era una forma, no sólo de asestar físicamente un duro golpe al pueblo judío, sino también de doblegar su espíritu colectivo imprimiéndoles miedo y congoja. El Rosh Hashaná es el primer día del periodo conocido en el judaísmo como los Altos Días Sagrados que es culminado diez días después con el Yom Kipur el cual es también conocido como el Día de la Expiación, del Perdón y del Arrepentimiento. Este periodo viene a representar los 40 días que Moisés estuvo en el monte Sinaí recibiendo el segundo juego de tablas de los mandamientos. El Yom Kipur es el día más sagrado del año judío que, como marca su fe y tradición, se celebra de manera austera y en ambiente íntimo de recogimiento en el seno de la familia.

Pues no, que el ataque de Hamás se llevara a cabo justo en inicio del Rosh Hashaná tenía un fin milimétricamente estudiado y se trataba de convertir la festividad más sagrada para el judaísmo en un periodo donde sólo se recordara un vacío rojo carmesí, donde la sangre de inocentes familias enteras, mujeres, hombres, niños y niñas y hasta incluso bebés fueron masacrados, mutilados, violados, decapitados, quemados vivos en lo que si que se ajusta perfectamente a todos los elementos del tipo penal existentes en el delito de genocidio.

Las acciones que llevó a cabo Hamás el 7-O es lo que define un GENOCIDIO.

Volvemos de vuelta a nuestros días y hacemos zoom sobre la más que controvertible acción llevada a cabo por esa flotilla de más de 50 embarcaciones de recreo con todo tipo de activistas políticos pertenecientes a ese oscuro espectro ideológico que citaba anteriormente. Un punto importante a tener en cuenta es la financiación que hay detrás de todo este montaje orweliano donde la estulticia campa a sus anchas. Según informaciones del gobierno israelí, Hamás es quien los ha financiado a través de diversas ONG´s pantalla a la organización de la flotilla, estableciendo así una vinculación entre organizaciones, cosa que, por otro lado, era más que evidente viendo las múltiples banderas de sus patrocinadores.

El pasado 02 de octubre fue el día elegido por la organización de la flotilla del escarnio para realizar la incursión en aguas que se encontraban bajo decreto de cierre exclusivo de Israel. El día de la culminación de la ignominia tampoco fue un día elegido al azar o fruto de la coincidencia. El día 02 de octubre de este año 2025, fue justo el Yom Kipur, el día más sagrado para el judaísmo. Un día de recogimiento, un día de para la expiación, el perdón y el arrepentimiento según su tradición.

Cerca ya, Dios mediante, de que se consiga finalmente llegar a un acuerdo que certifique el cese de las hostilidades y devuelva la paz a estos territorios, resulta imperativo no olvidar la cronología de los hechos:

PRIMERO: El grupo terrorista Hamás golpeó primero y de una manera cobarde e hijoputesca.

SEGUNDO: Israel se defendió erigiéndose en paladín de los valores, principios, ideales liberales y tradiciones que fundaron las sociedades occidentales, los cuales han quedado sacralizados por la sangre vertida de los que dieron su vida luchando por un mundo libre.

TERCERO: Finalmente, después de dos años de guerra, y justo el día del Yom Kipur, el día 02 de octubre de 2025, los activistas de la infame flotilla han querido cerrar el círculo que abrió Hamás en día del Rosh Hashaná aquel 07 de octubre de 2023.

La triste flotilla de la neo-izquierda alienada, que nada tiene de cordura, pero si de todo aquello que se esconde tras otras históricas banderas rojas, ha querido insultar simbólicamente al pueblo judío en su día más sagrado mostrando así su afinidad con aquellos encapuchados, embozados y con bandana verde que no son otra cosa más que asesinos despiadados a quienes bien estaría que los juzgara un tal Talión.

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