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La princesa Ana y Carlos III con expresión seria, una mujer en primer plano y un hombre en el fondo, ambos con cabello canoso y vestimenta formal.
CORAZÓN

El rey Carlos y su hermana Ana, en el punto de mira: no hay solución y es muy serio

Una situación delicada que podría redefinir las relaciones más fuertes dentro del círculo íntimo de la realeza británica

En las historias de todas las familias, hay desencuentros que se notan y otros que se mantienen en el más absoluto silencio. En el caso de la familia de Carlos III, los silencios y las ausencias pesan más que cualquier discurso oficial. Y cuando el ruido se apaga, la figura de la princesa Ana se alza como un límite infranqueable.

Conocida por su carácter sobrio, su sentido del deber y su distancia del foco mediático, la hermana de Carlos III rara vez entra en polémicas. Pero esta vez, la postura de la princesa Ana parece estar marcando una línea que nadie quiere cruzar.

Princesa Ana con cabello canoso y peinado voluminoso, usando un abrigo gris y una bufanda azul con lazo, sonriendo frente a un fondo oscuro.

Una lealtad inquebrantable a Carlos III

La periodista Jennie Bond, experta en asuntos reales, ha dado una pista contundente. Según sus fuentes, Ana ve en la lealtad un valor irrenunciable y considera que Harry la rompió. La publicación de sus memorias en el libro Spare, con acusaciones directas, dejó heridas difíciles de cerrar.

“El libro no fue solo catarsis; fue rentable”, señala Bond. Más de 60 menciones a Camila, críticas a Guillermo y un relato íntimo de la familia real multiplicaron el impacto. En ese contexto, para Ana, Harry ha sido desleal con su padre, su hermano y toda la familia real.

Bond aclara que Ana no ha intervenido de forma directa en la disputa. Pero su presencia y su consejo pesan, especialmente ante un rey que confía profundamente en su hermana. “Ella sería la mejor para guiar un acercamiento; pero Harry no parece querer volver al núcleo institucional”, apuntó.

Una mujer vestida de blanco con sombrero saluda mientras está de pie junto a un hombre con traje oscuro, ambos detrás de una barandilla decorada con flores de colores.

La princesa Ana, entre el deber y la desconfianza

El fondo del conflicto parece más profundo que una disputa familiar. Bond señala que Ana cree en la corona como estructura, como misión común. Es por eso que no entiende la visión personalista que Harry ha defendido tras su salida.

“Podría haberle explicado que aquí todos suman, incluso sin ser el heredero”, señaló la excorresponsal de la BBC. Pero ese diálogo, hasta ahora, no ha tenido lugar. Y con cada gesto, la distancia emocional crece.

Además, no es la única con reparos. Según el periodista Robert Jobson, Camila no ha olvidado cómo fue retratada en las memorias de Harry. Y Guillermo, directamente aludido, tampoco parece inclinado al perdón.

Mujer mayor vestida con un conjunto azul y sombrero a juego en un evento formal al aire libre rodeada de otras personas elegantemente vestidas

Reconciliación en suspenso

En mayo, Harry se mostró abierto a reconstruir vínculos. “Quiero reconciliarme; no sé cuánto tiempo le queda a mi padre”, dijo en una entrevista a la BBC. Pero las declaraciones no borran años de tensiones acumuladas.

Hoy, el canal de diálogo existe, pero la reparación emocional parece aún muy lejos. Ana, sin pronunciarse públicamente, sigue vigilando. Y su sola postura podría bastar para mantener los puentes en pausa. 

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