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Carlos III y Ozzy Osbourne aparecen en la imagen, una en color y otra en blanco y negro, junto a un moño negro que simboliza luto.
CORAZÓN

El rey Carlos y su equipo toman una decisión clave tras la muerte de Ozzy Osbourne

Un gesto del entorno real sorprende a todos y confirma que nada en Buckingham es tan predecible como parece

El Palacio de Buckingham ha sido escenario de momentos históricos que combinan solemnidad con gestos inesperados. Bajo el reinado de Carlos III, esa tradición de sorprender no se ha perdido. Junto a su equipo, el monarca sigue dejando huellas que rompen los antiguos moldes rígidos de la monarquía británica.

Lejos del ruido político, el rey Carlos y su entorno cercano han sabido conectar con gestos que tocan lo emocional de los ciudadanos. En tiempos de cambios, esas decisiones marcan más que discursos. Y esta vez, una de ellas ha cruzado fronteras y estilos.

Ozzy Osbourne con cabello largo castaño, gafas de sol redondas y chaqueta de rayas posando frente a un fondo claro

Un guiño real que emocionó al mundo

El 30 de julio, el Cambio de Guardia del Palacio Real sorprendió a todos. Los protagonistas fueron los Coldstream Guards, encargados del emblemático Cambio de Guardia y ese día no sonó música de corte tradicional. Lo que resonó fue Paranoid, uno de los himnos de Black Sabbath, la antigua banda de Ozzy Osbourne.

El gesto fue captado por un fan y subido a TikTok. En poco tiempo, el video acumuló miles de visualizaciones y comentarios cargados de emoción. “Esto es lo británico en su máxima expresión”, escribió un usuario.

Otros no dudaron en destacar el simbolismo del momento. “Es el orgullo más grande que he sentido por este país en los últimos 15 años”, comentó otro fanático. El tributo coincidió con la despedida final a Ozzy Osbourne en Birmingham.

La escena parecía sacada de una película: soldados formales rindiendo homenaje con guitarras invisibles y precisión marcial. Una despedida inesperada, pero profundamente sentida.

Fotomontaje de el rey Carlos III

De la corte al trono del rock

Ozzy Osbourne no era un extraño para la realeza. En 2002 participó en el concierto del Jubileo de Oro de la reina Isabel. En 2006 compartió salón con el entonces príncipe Carlos, hoy monarca.

El vínculo entre ambos fue más cercano de lo que muchos imaginan. Cuando Ozzy sufrió un accidente en 2003, Carlos le envió una botella de whisky. “Siempre me ha tratado con el máximo respeto”, diría años más tarde el músico.

Tras la muerte de la reina Isabel, Osbourne dedicó palabras de apoyo a Carlos. “Le deseo todo lo mejor”, afirmó en entrevista con The New York Post, palabras que estaban cargadas de afecto.

Tradición y rock, una combinación inesperada

La ceremonia del Cambio de Guardia representa la continuidad del poder y la estabilidad británica. Esa mañana, sin embargo, el protocolo se mezcló con la cultura popular. Y la monarquía envió un mensaje: también sabe rendir tributo a sus iconos.

Ozzy murió el 22 de julio, a los 76 años, después de vivir con Parkinson por más de dos décadas. Su última actuación, en Birmingham, fue descrita como el cierre perfecto de su legado, “Ese programa lo fue todo”, dijo una fuente cercana. Esta vez, el Palacio de Buckingham marcó el compás de una despedida inolvidable.

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