
La reina Letizia toma una decisión con la infanta Elena que da un giro de 180º a todo
La reina Letizia excluye a la infanta Elena del recibimiento a Leonor tras su regreso del Juan Sebastián Elcano
La reina Letizia ha tomado una decisión inesperada con la infanta Elena, que da un giro de 180º a su relación familiar. Según fuentes extraoficiales y medios especializados, Letizia ha optado por no invitar a la hermana del rey Felipe al recibimiento de la princesa Leonor tras su regreso del Juan Sebastián Elcano.
La decisión llega en un momento especialmente delicado. Elena había recuperado cierta visibilidad institucional en los últimos meses, participando en actos públicos y retomando su presencia en eventos oficiales. Entonces, ¿qué ha motivado este nuevo distanciamiento? ¿Qué consecuencias tendrá esta exclusión para la estabilidad interna de la Familia Real?

La ruptura de la infanta Elena con la Familia Real
Desde que salieron a la luz los escándalos de Juan Carlos I y el caso Nóos, la Familia Real optó por cortar lazos. Según diversas fuentes, ya conocían los movimientos financieros y las irregularidades del entorno familiar. Su postura fue firme: proteger la institución por encima de cualquier vínculo personal.
Para Felipe VI, la decisión supuso un sacrificio doloroso, pero la Corona exigía transparencia y ejemplaridad. La composición oficial de Casa Real quedó entonces reducida a los actuales reyes, sus hijas, y la reina Sofía en calidad de emérita. Entonces, Elena y Cristina perdieron sus funciones institucionales y el sueldo que percibían.

Sin embargo, en los últimos tiempos, la infanta Elena había mostrado una actitud conciliadora. Su participación en entregas de premios y eventos culturales pareció una señal de acercamiento. No obstante, Felipe VI sigue sin estar dispuesto a mostrarse públicamente junto a sus hermanas.
Letizia da un giro de 180º con la infanta Elena al decidir que no asista al recibimiento a Leonor
El regreso de la princesa Leonor a la Zarzuela es un acontecimiento privado, pero cargado de significado. La princesa desembarcó del Juan Sebastián Elcano para disfrutar unos días en familia antes de continuar su formación militar en la fragata Blas de Lezo. A pesar de la emotividad del momento, la reina Letizia ha decidido mantener la intimidad de su hija por encima de todo.
De hecho, según informan estas fuentes, ni la reina Sofía ha podido verla. Además, de Felipe, Letizia y la infanta Leonor, solamente Paloma Rocasolano ha tenido la oportunidad de verla. El rey se ha quedado en la Zarzuela atendiendo asuntos de despacho mientras la reina y sus hijas se tomaron unos días de descanso.

Medios especializados han revelado que a la infanta Elena también le hubiese gustado pasar tiempo con Leonor. Pero la reina Letizia, muy celosa de la exposición pública de sus hijas, ha querido limitar las visitas al círculo más íntimo.
Que Elena no haya sido invitada al recibimiento de Leonor no es una mera anécdota. Supone un golpe a las expectativas de normalización que algunos miembros de la familia y allegados intuían. La escena pública en la Zarzuela se ha reducido a los actores imprescindibles: Letizia, Felipe, Leonor, Sofía y Paloma Rocasolano.
La infanta Elena recupera su papel institucional
A pesar de la frialdad que rodea su relación con la reina, la infanta Elena sigue desempeñando algunas funciones públicas. Hace unos días, patricipó en la entrega de premios de pintura infantil y juvenil, un compromiso que mantiene desde hace años. Aunque sin sueldo oficial ni reconocimiento institucional, la hermana mayor del rey conserva un perfil activo dentro de ciertos ámbitos.
Su deseo de unidad familiar ha sido constante. La infanta Elena ha intentado mantener contacto con su madre, con sus sobrinas e incluso con la reina Letizia. Pero la monarca, centrada en la imagen pública de la monarquía y en la formación de Leonor como futura reina, evita cualquier gesto que pueda interpretarse como una vuelta al pasado.

La decisión de la reina Letizia de excluir a la infanta Elena del reencuentro con la princesa Leonor marca un antes y un después en la relación familiar. Este gesto refuerza su estrategia de protección hacia la princesa, alejando a los Borbón del núcleo duro de la monarquía. Resta por ver si esta dinámica traerá consecuencias a largo plazo para la imagen de unidad que la Corona intenta proyectar.
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