
La reina Camila ya no lo oculta: su cuñada lo está haciendo y es por Carlos
La mujer que está destacando en apoyo a Carlos III y sin buscar protagonismo, todo el Palacio lo sabe y Camila lo acepta
La vida dentro del sistema de una monarquía moderna está llena de vínculos, relaciones y contrastes. Algunas figuras se hacen notar por sus discursos y, otras, en cambio, lo hacen por el impacto silencioso de sus acciones. En ese segundo grupo se encuentran importantes figuras que han demostrado un significativo liderazgo sin grandes exposiciones.
En tiempos de cambios y desafíos, el equilibrio entre presencia y discreción cobra más relevancia que nunca. Dos figuras femeninas lo han entendido a la perfección: una desde el trono, otra desde la acción. Ambas son parte de una misma historia, pero con caminos distintos.

Además de Camila: la otra voz de mujer que representa al rey
Sofía, la duquesa de Edimburgo, es la esposa de Eduardo, hermano del rey Carlos III. La duquesa ha dado un paso firme en nombre del rey Carlos, quien continúa con su tratamiento médico contra el cáncer.
Representará al monarca en Bosnia y Herzegovina en una fecha de gran sensibilidad. Allí leerá “un mensaje personal enviado por el rey Carlos”, mostrando cuánto confía él en su cuñada. Además, tiene en agenda encuentros con mujeres constructoras de paz y con sobrevivientes de violencia sexual, temas que defiende con pasión desde hace años.
También se reunirá con representantes del Instituto de Personas Desaparecidas, reafirmando su compromiso con la justicia y la memoria histórica. Su trabajo no es simbólico: es acción diplomática real.

Una figura que sostiene desde la sombra
Desde que asumió el título de duquesa de Edimburgo, su protagonismo ha ido en aumento. Su labor como mecenas de más de 70 organizaciones refuerza su imagen de compromiso. Su cercanía con la difunta Isabel II, quien la consideraba una de sus favoritas, la respalda.
La escena más reciente que confirma su rol ocurrió durante el Día del Recuerdo. Allí, colocó una mano en la espalda de Kate Middleton, en un gesto lleno de humanidad. No fue casualidad, fue un símbolo de apoyo y de unidad en tiempos difíciles.
“Una figura confiable y trabajadora”, así la describen dentro y fuera de Palacio. Mientras la reina Camila ocupa el centro del escenario, Sofía avanza firme desde un lugar más reservado. Y lo hace, siempre en representación del rey Carlos III.
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