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Juan Carlos I en primer plano con el edificio Metrópolis de Madrid al fondo.
CORAZÓN

El lujoso pueblo de Madrid donde el rey Juan Carlos tuvo una casa con 6 habitaciones

Boadilla del Monte fue el refugio madrileño donde Juan Carlos vivió su romance secreto con Bárbara Rey

Ha salido a la luz que el rey Juan Carlos tuvo durante años una conexión muy especial con una casa situada en Boadilla del Monte, un pueblo exclusivo de Madrid. El inmueble, de tres plantas y seis habitaciones, no era de su propiedad, sino de Bárbara Rey, su amante en aquella época. Allí se tomaron, además, las imágenes más comprometidas del monarca, publicadas décadas después en un semanario holandés.

El chalet de Boadilla del Monte ha estado siempre rodeado de misterio. Aunque el rey Juan Carlos y Bárbara Rey también se encontraban en un piso de Aravaca, fue en esta casa donde vivieron algunos de sus momentos más intensos. ¿Qué características tenía este refugio? ¿Por qué Casa Real impuso condiciones en su venta? Y, ¿qué papel jugó en una de las historias más polémicas de la monarquía?

Montaje de fotos de Bárbara Rey y el rey Juan Carlos I en primer plano con el rostro serio.

Boadilla del Monte: el pueblo de Madrid donde el rey Juan Carlos compartió casa con Bárbara Rey

Boadilla del Monte es uno de los municipios más exclusivos de la Comunidad de Madrid. Situado al oeste de la capital, este enclave combina privacidad, lujo y seguridad en un entorno natural privilegiado. Durante décadas, ha sido hogar de altos cargos políticos, empresarios y celebridades que buscan escapar del bullicio sin alejarse de la ciudad.

La zona cuenta con urbanizaciones cerradas, videovigilancia y un entorno residencial de alto nivel, convirtiéndolo en el lugar ideal para quienes necesitan discreción. No es de extrañar que tanto Bárbara Rey como el rey Juan Carlos encontraran en este pueblo el sitio perfecto para sus encuentros privados. Además, la cercanía con El Pardo y Zarzuela facilitaba las escapadas del monarca.

Durante los años en los que se desarrolló su relación, el chalet de Bárbara Rey fue uno de los espacios que el emérito visitaba. Aunque también se reunían en un piso del barrio madrileño de Aravaca, facilitado por el CESID, Boadilla ofrecía una intimidad distinta.

Así era la casa con 6 habitaciones del rey Juan Carlos y Bárbara Rey

La vivienda en cuestión se encontraba en una parcela de 687 metros cuadrados, de los cuales 474 fueron destinados a edificación. La casa, distribuida en tres plantas, destacaba por su amplitud, luminosidad y acabados de lujo. Fue el hogar de Bárbara Rey tras su separación de Ángel Cristo, y donde crió a sus hijos en un entorno privilegiado.

Una de las joyas de la casa eran sus seis habitaciones, todas con grandes ventanales que permitían el paso de luz natural. Los suelos de mármol, que aún hoy conservan su brillo, evidencian la calidad de los materiales empleados. Aunque algunas imágenes muestran desgaste en la pintura y ciertos acabados, la estructura y estilo original se mantiene.

Cocina amplia y luminosa con isla central de granito, muebles de madera clara, ventanales grandes y acceso a una terraza exterior.

La cocina era uno de los espacios favoritos de Bárbara Rey. Amplia, con una gran isla central, encimeras con armarios empotrados, zona de comedor y una despensa, permitía una vida cómoda y funcional. Desde allí, se accedía directamente al jardín, facilitando los encuentros familiares en la terraza exterior.

La habitación principal merecía mención aparte. De estilo suite, incorporaba un baño privado con acabados en mármol negro, tocador con espejo tipo camerino y un jacuzzi de grandes dimensiones. Sin duda, un símbolo del estilo de vida que llevó Bárbara Rey en aquella época.

Baño amplio y elegante con jacuzzi, paredes y suelo de mármol gris, ventana grande y tocador con espejo iluminado.

Además de estas zonas, la vivienda incluía un gimnasio, una bodega y numerosos armarios empotrados tanto en pasillos como en habitaciones. Estos espacios de almacenamiento eran esenciales para la artista, que necesitaba guardar vestuario, complementos y objetos personales con orden y discreción.

El exterior también era impresionante. Rodeado de setos altos que garantizaban la privacidad, el jardín albergaba una piscina, dos zonas ajardinadas y una terraza equipada para comidas al aire libre. Según contó la propia Bárbara, este era uno de los lugares favoritos del rey Juan Carlos, quien disfrutaba especialmente del contacto con la naturaleza.

Salón amplio y luminoso con suelo de mármol, estanterías empotradas y paredes claras.

Según reveló Vanitatis, incluso Casa Real llegó a intervenir en este asunto. Al vender la vivienda, los nuevos inquilinos tuvieron que cumplir una condición: tapiar la puerta que conectaba la finca con las inmediaciones de El Pardo. Esa salida secreta, según se interpreta, era la vía utilizada por el rey Juan Carlos para acceder a la casa sin ser detectado.

Pese a lo idílico del inmueble, Bárbara Rey acabó renunciando a él. Tras un tiempo en alquiler, recibiendo unos 3.000 euros mensuales, decidió venderlo en 2019 por 690.000 euros. El motivo, según trascendió, fue una deuda económica que no podía seguir arrastrando.

Habitación amplia y luminosa con grandes ventanales, cortinas blancas, aire acondicionado y muebles blancos junto a la pared.

La historia de la casa de Bárbara Rey en Boadilla del Monte es mucho más que una anécdota inmobiliaria. Representa uno de los escenarios más privados del rey Juan Carlos, en el corazón de uno de los pueblos más lujosos de Madrid. Un lugar que, aunque ya no les pertenece, sigue siendo clave para entender una de las historias más enigmáticas de la monarquía reciente.

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