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Retrato de Charlene sonriente en blanco y negro mientras Alberto de Mónaco, vestido de traje, aparece en primer plano a color ambos mirando a la cámara.
CORAZÓN

Ha llegado el día: Alberto de Mónaco hace las maletas y se va sin Charlene

El príncipe toma rumbo en solitario y deja entrever una nueva dinámica dentro de la familia real monegasca

Ser el líder de una nación y representarla, implica estar listo para actuar, incluso en circunstancias imprevistas. Las figuras reales están preparadas para casi todo tipo de situaciones y responden con gestos que trascienden la formalidad. Y, actualmente, la familia Grimaldi vuelve a estar en el centro de atención.

Aunque suelen mostrarse como un equipo sólido, a veces los roles deben adaptarse sobre la marcha. Charlene, Alberto y sus hijos forman una de las familias más observadas de la realeza europea. Sin embargo, hay decisiones que responden más a la prudencia que a dar cumplimiento al protocolo.

Cuatro personas posan para una foto formal -dos de ellos son Alberto y Estefanía de Mónaco- frente a un fondo colorido con dos banderas a los lados.

Alberto de Mónaco ha vivido un cambio de planes inesperado y justificado

El príncipe Alberto viajó a Japón sin la compañía de Charlene ni de sus mellizos, Jacques y Gabriella. Desde el Principado explicaron que la ausencia se debía a motivos de seguridad. “A raíz de los recientes acontecimientos en Oriente Medio, se ha decidido que la princesa y sus hijos no participen en este viaje”.

Una decisión tomada con rapidez tras evaluar los riesgos del contexto internacional. Aunque la ausencia de la princesa consorte sorprendió, fue justificada en términos de protección familiar. Aun así, Charlene quiso agradecer “a los equipos, así como a los socios y anfitriones que le dieron la bienvenida, por su continuo compromiso”.

Ante esta baja sensible, Alberto de Mónaco no dudó en reorganizar su delegación oficial. Para cubrir esos espacios simbólicos, recurrió a figuras cercanas que conocen bien el protocolo y los valores del Principado.

Imagen de la familia real de Mónaco al completo sonrientes en un balcón.

Estefanía y sus hijos dan el paso al frente

La princesa Estefanía, hermana menor del soberano, viajó junto a sus hijos Pauline, Louis y Camille. También se sumó Marie Ducruet, esposa de Louis. Este grupo familiar representó a Mónaco durante la ceremonia del Día Nacional en la Exposición Universal de Osaka Kansai 2025.

“El príncipe Alberto II, la princesa Estefanía, la señora Pauline Ducruet, Camille Gottlieb, y el señor Louis y la señora Marie Ducruet, participaron en la ceremonia oficial”, comunicó el Palacio. La familia también fue parte de la tradicional ceremonia del té, un gesto de respeto hacia la cultura japonesa. Se describió como una actividad que “ilustra la esencia misma de la cultura japonesa, mezclando estética, espiritualidad y armonía”.

Un grupo de personas elegantemente vestidas participa en una cena formal en un salón decorado en tonos rojos mientras un hombre de traje azul se pone de pie, que es Alberto de Mónaco, y parece estar dando un discurso al lado de Estefanía de Mónaco.

Este viaje marca el regreso puntual de Estefanía a los actos públicos, pese a su reciente anuncio de retiro. “Es hora de jubilarme, me lo merezco, ¿verdad?”, dijo hace poco. Aun así, cuando Mónaco la necesita, ella sigue estando.

La familia Grimaldi ha demostrado una vez más su capacidad de adaptación y cohesión ante los imprevistos. En ausencia de Charlene, el respaldo de Estefanía y sus hijos no solo refuerza la imagen institucional del Principado, sino que también transmite un mensaje de unidad y de compromiso.

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