
El detalle de la última imagen del Papa Francisco antes de morir que nadie vio
El Papa Francisco ha fallecido a los 88 años tras aparecer ayer durante la bendición ‘Urbi et Orbi’ del Domingo de Resurrección
El Papa Francisco ha muerto este lunes, 21 de abril, a las 7:35 horas de la mañana. Ha fallecido a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Así lo ha comunicado el cardenal Kevin Joseph Farrell, encargado de anunciar la noticia al mundo.
El pontífice argentino llevaba semanas arrastrando complicaciones respiratorias. Recientemente, había estado ingresado en el hospital Policlínico Gemelli de Roma durante más de un mes. Aunque mostró signos de mejoría, su cuerpo no resistió el deterioro progresivo.

La causa directa del fallecimiento fue una nueva crisis respiratoria. Según informó el Vaticano en sus partes médicos, el Papa padeció dos episodios agudos de insuficiencia respiratoria. Esto se debió a una gran acumulación de mucosidad endobronquial, que provocó broncoespasmos.
El detalle sobre el Papa Francisco que pasó desapercibido ayer
Apenas unas horas antes de morir, el Papa Francisco hizo su última aparición pública. Tuvo lugar durante la celebración del Domingo de Resurrección, en el balcón de la basílica de San Pedro. En silla de ruedas, debilitado, saludó a los miles de fieles que se congregaban en la plaza vaticana.
Lo que pocos notaron entonces fue un detalle revelador: el Papa Francisco no llevaba cánulas nasales. Durante días había dependido de ventilación no invasiva. Pero ese domingo, decidió mostrarse al mundo sin ayudas visibles para respirar.

A pesar de su estado, Jorge Mario Bergoglio decidió mostrarse ante el mundo. Lo hizo sin cánulas nasales, un detalle apenas notado, pero revelador. Durante semanas, había dependido de apoyo mecánico para respirar, pero el domingo eligió presentarse sin ayudas visibles.
El sol iluminaba la plaza de San Pedro el Domingo de Resurrección. Era mediodía y cerca de 50.000 fieles esperaban en silencio, con emoción contenida. Entonces, el Papa Francisco apareció en el balcón del Vaticano, en silla de ruedas, recibiendo un fuerte aplauso.
La escena fue breve, pero intensa. Con visibles dificultades para hablar, el pontífice saludó a los presentes e impartió su bendición Urbi et Orbi. Nadie lo sabía aún, pero esa sería su última aparición pública.
Un pontificado que nadie olvidará
El Papa Francisco fue el primer pontífice latinoamericano de la historia. También el primero en siglos en compartir la existencia con un Papa emérito, el alemán Benedicto XVI. Ese hecho, insólito en la Iglesia moderna, dio una dimensión inédita a su papado.
Su muerte se produce después de una larga hospitalización. Durante más de un mes, el Papa permaneció ingresado en el Policlínico Gemelli de Roma por una infección respiratoria. Aunque en un momento pareció recuperarse y volvió a su residencia, su estado se agravó con el tiempo.
Sin embargo, nunca perdió la lucidez ni la orientación, según la Santa Sede. El Papa Francisco estuvo “colaborador” hasta sus últimas horas, afrontando con entereza su deterioro físico. Su fortaleza espiritual se mantuvo firme hasta el final.

Ahora el Vaticano comienza los preparativos para sus exequias. También deberá convocar al Cónclave que elegirá a su sucesor. Una elección que estará marcada por los cardenales que él mismo designó a lo largo de estos doce años.
El Papa Francisco deja tras de sí un legado profundo y humanista. Pero también una imagen final que ha quedado grabada en la memoria colectiva: la de un Papa frágil, pero sereno, enfrentando su último acto público sin artificios. Un último gesto silencioso que lo dijo todo.
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