
Lo que ha hecho el Papa Francisco en plena Semana Santa y deja a muchos preocupados
Una Semana Santa difícil para el Papa Francisco debido a su actual estado de salud tras la neumonía bilateral que tuvo
La Semana Santa, una de las fechas más señaladas y exigentes en el calendario litúrgico del Vaticano, ha estado marcada este año por la discreta y limitada participación del Papa Francisco. Tras varios meses con problemas de salud, ha pasado estos días recluido en su residencia de Santa Marta, todavía sin capacidad para presidir la mayoría de los actos.
Apariciones breves y medidas excepcionales
A lo largo de toda la semana, el Papa Francisco ha estado prácticamente ausente de los grandes rituales del Vaticano, un hecho inusual que ha provocado inquietud entre fieles y observadores. Solo se ha dejado ver en momentos puntuales y por muy poco tiempo. Su presencia más destacada ha tenido lugar este mismo Domingo de Pascua, fecha clave para el cristianismo con la celebración de la Resurrección de Cristo.

A las 12 en punto, las cortinas del balcón central de la Basílica de San Pedro se han abierto para una esperada imagen. El Papa Francisco asomándose para impartir la tradicional bendición "Urbi et Orbi". Esta aparición, aunque breve, fue especialmente significativa.
Hay que mencionar que este se trata de un rito que solo puede ser oficiado por el propio pontífice, sin posibilidad de delegación. Este detalle ha hecho reflexionar a muchos sobre su estado real de salud. ¿Habría aparecido el Papa de no tratarse de una ceremonia imprescindible?
Un estado de salud frágil, pero con evolución positiva
Aunque su estado es estable y sin recaídas recientes, el Papa Francisco continúa enfrentando importantes limitaciones físicas. Sigue con sesiones de fisioterapia respiratoria y motora. Además, aunque en algunos momentos puede prescindir de la cánula nasal que le ayuda a respirar, sus capacidades pulmonares todavía están lejos de estar recuperadas.

Su voz, además, se ve muy afectada, lo que le impide hablar durante periodos prolongados. Este estado ha obligado a delegar la mayoría de las funciones litúrgicas de la Semana Santa en otros miembros del clero. Desde las celebraciones del Jueves y Viernes Santo, hasta la Vigilia Pascual del sábado por la noche, la presencia del Papa Francisco ha sido sustituida por colaboradores.
Mensaje de esperanza y calma entre la incertidumbre
A pesar de la lógica preocupación, fuentes del Vaticano han insistido en que la evolución del Papa es positiva, aunque lenta. El tratamiento sigue su curso, y cada vez son más los momentos en que puede realizar actividades sin asistencia respiratoria constante.

La reaparición del Papa Francisco, aunque breve, fue recibida con emoción por los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Muchos lo interpretaron como un gesto de fortaleza y compromiso, incluso en la dificultad. En su mensaje, Francisco volvió a mostrar su cercanía con los más vulnerables y compartió sus deseos de paz en un mundo sacudido por conflictos y desigualdad.
Una recuperación sin fecha clara
Lo cierto es que, por ahora, el Papa sigue lejos de poder retomar su agenda habitual. Su proceso de recuperación no tiene plazos definidos y dependerá de cómo evolucionen sus capacidades respiratorias y su resistencia física en las próximas semanas.
Mientras tanto, el Vaticano continúa adaptando la actividad del pontífice a su estado de salud. Tienen la esperanza de que en el futuro próximo pueda volver a estar al frente de las ceremonias más importantes del año, como ha hecho desde el inicio de su papado.
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