
Alberto de Mónaco y Charlene confirman lo de sus hijos Jacques y Gabriella
Una escena familiar inesperada y actitudes que han dejado todo claro, cambiando la percepción de muchos en el principado
Alberto de Mónaco y Charlene son constantemente observados en cada actividad pública y, algunas situaciones, dejan claro lo que realmente ocurre. El sábado recién pasado, la familia real de Mónaco conmemoró una fecha que, para el príncipe y su familia, es de gran relevancia. Lo que se transmitió mediante algunos gestos, confirmó lo que muchos sospechaban.
La familia principal de la realeza de Mónaco, participó unida, como siempre. Charlene y sus dos hijos, Jacques y Gabriella, estuvieron allí, apoyando y celebrando junto a Alberto de Mónaco. Y fue inevitable poner atención en ciertas actitudes.

Charlene, Jacques y Gabriella: la conexión que no se puede ocultar
En el vigésimo aniversario del reinado de Alberto II, Charlene destacó en un papel que fue más emocional que institucional. La periodista Fanny Mazalon publicó en Paris Match un artículo en el que señaló un comportamiento que “conmovió a los monegascos”. La princesa se mostró cercana, pendiente y con gestos de ternura hacia sus hijos en cada instante.
Guiarlos entre la multitud, acompañarlos con delicadeza y compartir momentos como el corte del pastel no pasaron desapercibidos. Para la periodista, esto forma parte de un patrón afectivo constante, no es algo que se cumpla por protocolo. Destaca que “se ha forjado un vínculo muy fuerte entre la princesa Charlene y sus dos hijos”.

Gestos que rompen con la narrativa conocida
Más allá de los estilismos o el protocolo, lo que captó la atención fue la forma en que Charlene se relacionó con Jacques y Gabriella. Según Mazalon, sus muestras de cariño no son impuestas, sino espontáneas. Asegura que su actitud refleja “la mirada de una madre feliz, atenta al bienestar de sus hijos”.
Durante toda la ceremonia, Charlene no se apartó de ellos, los observó, los guio y los acompañó sin esfuerzo aparente. “No faltaron estos detalles”, escribió la periodista sobre su presencia constante. El atuendo en tono rosa empolvado de Oscar de la Renta acompañó esa imagen cálida, reforzando su actitud.

En un entorno cargado de simbolismo, Charlene se posicionó con naturalidad, mientras Alberto recibía homenajes, ella dejó claro su lugar como madre protectora. Mazalon lo definió como “un soplo de aire fresco al principado”. Por eso, la prensa no dudó en definirla como “una madre atenta y cariñosa”.
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