Getty Images, Canva Pro La sorpresa que se llevan muchos al firmar la hipoteca: más de los que pensaban
A la hora de firmar la hipoteca participan varios actores como el banco, el notario, el gestor y el avalista
Cuando una persona va a firmar una hipoteca, se enfrenta a un proceso más complejo de lo que muchas veces imagina. Al llegar a la notaría, no solo estará presente el solicitante del préstamo. También una serie de actores esenciales que garantizan que todo el proceso se realice de manera legal y transparente.
La primera gran sorpresa ocurre cuando se encuentra con la cantidad de personas que participan en el acto. Entre ellos están el notario, que dará fe de la escritura. Pero también el prestamista (generalmente un banco), el prestatario (quien solicita el préstamo) y el gestor encargado de la documentación.
Es importante conocer las condiciones de la hipoteca antes de firmarla | Photobyphotoboy
En algunos casos, además, toma parte un avalista que se hace responsable si el prestatario no puede cumplir con sus obligaciones.
Dos visitas a la notaría para firmar la hipoteca
Este proceso se realiza en dos visitas a la notaría. La primera es para revisar las condiciones de la hipoteca y recibir explicaciones detalladas de cada cláusula. Es una fase crucial porque el notario tiene la obligación de asesorar de forma imparcial a ambas partes.
En esta etapa, se pueden resolver dudas sobre el tipo de interés, los gastos asociados y las cláusulas importantes que afectarán el contrato.
La segunda visita es cuando se firma la escritura del préstamo. Aquí, el notario confirma que todas las partes entienden los términos del acuerdo y autoriza la escritura. Durante esta reunión, el gestor se asegura de que todos los documentos estén correctos.
Después de la firma, se encarga de inscribir la hipoteca en el Registro de la Propiedad. Además de gestionar los impuestos y otros gastos derivados de la operación.
El notario desempeña un papel esencial en este proceso | 89Stocker
Todos desempeñan un papel relevante en el proceso
Es importante destacar que al firmar una hipoteca, lo que se está contratando es un préstamo en el que la garantía es la vivienda. Esto significa que, en caso de impago, la entidad financiera podría reclamar el inmueble para saldar la deuda. Es por ello que el avalista, si lo hay, juega un papel vital, asumiendo la responsabilidad de pago si el solicitante incumple.
Firmar una hipoteca no es simplemente un trámite, es un proceso con múltiples etapas y figuras implicadas. Cada una de ellas tiene un rol definido para garantizar la legalidad y la transparencia, desde el notario hasta el gestor. Además, la participación del avalista y el prestamista agrega seguridad a la transacción, protegiendo los intereses de todas las partes involucradas.
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