'Perdí mis ahorros en minutos': la estafa que deja sin dinero a clientes de ING
Los estafadores utilizan técnicas cada vez más sofisticadas para engañar a las personas y vaciar sus cuentas bancarias
En los últimos años, las ciberestafas han aumentado de manera alarmante, y estos últimos meses no ha sido la excepción. A medida que dependemos más de internet para nuestras actividades diarias, los ciberdelincuentes se vuelven más sofisticados en sus métodos para robar datos bancarios.
Según informaba El Economista hace unos meses en las Navidades pasadas se detectó un aumento en una estafa particular que ha afectado gravemente a los clientes de ING.
Un caso reciente y devastador involucraba al usuario Miguel Ángel Sánchez (@mangelsanchez en X, antes Twitter). Según relataba en su perfil, todo comenzó cuando recibió una llamada de alguien que afirmaba ser del equipo de seguridad de ING, su banco.
El supuesto empleado le alertó de que su cuenta había sido comprometida, alegando que alguien había accedido a ella desde un iPhone 7 en Cádiz. Para proteger su dinero, el falso agente le sugirió transferir sus fondos a una "cuenta segura".
Al confirmar el número de la llamada y ver que coincidía con una sucursal real de ING en la calle O'Donnell de Madrid, Miguel Ángel siguió las instrucciones del estafador y transfirió sus ahorros.
Nada más lejos de la realidad
Miguel Ángel pensó en transferir su dinero a la cuenta de su pareja, pero el estafador lo disuadió, argumentando que los atacantes podrían haber comprometido también esas cuentas. Siguiendo las instrucciones del falso empleado, realizó varias transferencias a la cuenta indicada por el estafador, recibiendo confirmaciones SMS de ING que parecían auténticas.
En menos de media hora, había vaciado su cuenta. Al día siguiente, al no recibir la llamada de seguimiento prometida, Miguel Ángel contactó nuevamente al número y descubrió, para su horror, que había sido estafado. Un verdadero empleado de ING le informó que su dinero había desaparecido y que el banco no se hacía responsable del fraude.
Lo más preocupante de este tipo de estafas es que los delincuentes logran eludir muchas de las medidas de protección establecidas para proteger el dinero de los clientes.
En el caso de Miguel Ángel, la mejor acción habría sido colgar inmediatamente, tomar los datos del supuesto empleado, y llamar directamente a ING desde un número verificado por él mismo. Este enfoque podría haber evitado la pérdida de sus ahorros.
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