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Un hombre sonriente con el pulgar hacia arriba junto a una maqueta de una casa sobre un fondo de documentos financieros.
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La importancia de esta persona al pedir una hipoteca: sin ella será casi imposible

La mayoría de los bancos solicitan una garantía al solicitar un préstamo, y es aquí donde entra en juego el avalista

A la hora de pedir una hipoteca, es probable que el banco te pida más garantías para conceder el préstamo. Es aquí donde entra en juego el avalista, una figura clave para conseguir la aprobación.

El avalista es una persona que se compromete a pagar la deuda en caso de que el titular de la hipoteca no pueda hacerlo. Aporta una capa extra de seguridad para la entidad bancaria. Se puede decir que asume las mismas obligaciones que el titular del préstamo.

Si la persona que solicita la hipoteca deja de pagar, el banco puede exigir al avalista que se haga cargo de la deuda. Esto significa que el avalista debe ser una persona con solvencia económica y un historial crediticio limpio. El banco evaluará su capacidad de asumir el riesgo.

Montaje con una factura, unas llaves, una casa en miniatura y una mano sujetando varios billetes de 50 euros

Condiciones para ser avalista en una hipoteca

Un requisito fundamental para ser avalista es tener un patrimonio suficiente que respalde el préstamo. El banco puede pedir que el avalista cuente con ingresos regulares y que no tenga otras deudas importantes.

Es importante destacar que ser avalista no solo implica riesgos financieros, sino también legales. En caso de que el avalista no pueda hacer frente a la deuda, podría ser incluido en listas de morosos, como ASNEF o RAI. Lo que afectaría negativamente su historial crediticio.

Incluso, el banco podría embargar su patrimonio si no cumple con los pagos. Por lo su papel adquiere una función realmente destacada.

Un punto clave que muchos desconocen es que el aval no siempre tiene que cubrir el total de la hipoteca. En algunos casos, el banco puede aceptar un aval parcial, en el que solo se garantiza una parte del préstamo. Por ejemplo, si el banco financia el 80% del valor de la vivienda, el avalista solo se comprometería a cubrir la diferencia.

Se trata de una pieza fundamental para obtener una hipoteca cuando el solicitante no cumple con todos los requisitos del banco. Sin embargo, es crucial que el avalista sea consciente de los riesgos que asume, tanto financieros como legales.

Imagen de fondo de una casa en miniatura junto a un hombre con las llaves de una casa en la mano, y otra imagen de unas manos sosteniendo varios billetes de euros

Aspectos a tener en cuenta por el avalista

Es importante que el avalista no esté ya comprometido con otras deudas significativas, ya que el banco considerará su capacidad de endeudamiento. También, su historial crediticio debe ser impecable, sin incidencias de impagos o deudas pendientes que puedan poner en duda su capacidad financiera.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el avalista debe entender claramente las implicaciones de su rol. En caso de impago, el banco puede ir directamente contra él, sin necesidad de intentar primero recuperar el dinero del titular del préstamo. Esto implica que el avalista debe estar preparado para asumir la totalidad de la deuda, si es necesario.

Finalmente, ser avalista es un compromiso que se hereda. Si el avalista fallece, sus herederos pueden verse obligados a asumir esta responsabilidad, lo que puede generar complicaciones en el futuro.

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