
Pillan a un ladrón violando a un poni en un pueblo de Vizcaya
La escena causó estupor entre los testigos, que señalaron cómo el sujeto escapaba a toda prisa, dejando tras de sí un grave episodio
En el pequeño núcleo de Atxurbe, en Güeñes, Vizcaya, los vecinos vivieron una situación que jamás pensaron presenciar.
Según pública El Correo, los hechos ocurrieron junto a la parada del tren, donde apenas hay media docena de casas, huertos y pequeñas casetas rurales.
Los testimonios de los residentes, recogido por David S. Olabarri, todo sucedió una semana atrás, cuando comenzaron a escuchar fuertes gritos en plena madrugada. Varios vecinos se asomaron a las ventanas y observaron a un hombre huyendo con los pantalones bajados hasta la altura de los muslos.

Tras él corría el propietario de una finca, un agricultor muy conocido en la zona por cultivar frutas y verduras en su parcela. El agricultor explicó que al llegar a su cabaña descubrió al individuo en actitud sexual con su poni, dentro de la tejavana del terreno.
La escena causó estupor entre los testigos, que señalaron cómo el sujeto escapaba a toda prisa, dejando tras de sí un grave episodio. De inmediato, varios residentes llamaron a la Policía, mientras el agricultor intentaba perseguir al intruso para impedir que escapara de la zona. Minutos después, el sospechoso fue identificado por una patrulla de la Ertzaintza, que confirmó su vinculación con otros incidentes en el pueblo.
Los vecinos aseguran que ya habían visto al individuo deambulando por los alrededores horas antes, merodeando en actitud sospechosa por la zona. Supuestamente, como publica el diario vasco, no es la primera vez que el detenido era sorprendido en la zona, pues ya había protagonizado pequeños robos en huertos y casetas.

El hallazgo dentro de la finca, sin embargo, ha elevado la preocupación entre los vecinos por la gravedad de lo sucedido aquella tarde.
El propietario del poni, además de agricultor, es muy apreciado por el vecindario, pues dedica horas diarias a cuidar de sus terrenos. La finca cuenta con una pequeña cabaña para herramientas, un perro de guardia y la tejavana en la que el animal permanece protegido. Fue precisamente allí donde el intruso habría aprovechado para cometer el abuso sexual, que derivó en la rápida reacción de su dueño.
Los residentes han manifestado su temor por la seguridad en el área, especialmente porque cerca se encuentra un campo de fútbol frecuentado por niños.
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