
José María Aznar, 72 años: 'Hago este deporte todos los días durante dos horas'
Sale a la luz el secreto de José María Aznar para tener el físico que siempre ha destacado a lo largo de su vida
José María Aznar ha sido protagonista de innumerables titulares, pero no siempre por su carrera política. Durante años, lo que más llamó la atención fue su físico, que sorprendía tanto a partidarios como a críticos. Ahora ha vuelto a recordarse una de sus entrevistas más comentadas, donde reveló un hábito que marcó su imagen pública.
"Hago este deporte todos los días durante dos horas", declaró en una entrevista hace años. Desde entonces, sus rutinas y declaraciones han alimentado un mito que, aunque pertenece al pasado, sigue generando curiosidad. ¿Cuál era realmente el secreto de aquel estado físico que dio tanto de qué hablar?

El secreto de la rutina deportiva de José María Aznar
Ya en 2004, su preparador Antonio Lombao desató la polémica al asegurar que el expresidente había completado de una sola vez 3.013 abdominales. El dato corrió por la prensa con rapidez.
Un tiempo antes, el Corriere della Sera había hablado de unas 2.000 repeticiones, y no dudó en calificarlo de "macho". Posteriormente, en declaraciones al diario AS, Aznar ajustó las cifras con humor: "No, no son 2.000, son solo 600". Así fue construyéndose una narrativa que, entre números y anécdotas, reforzó la idea de un físico disciplinado y sorprendente.
Ese mismo medio recogió también su forma de organizar los entrenamientos. La alternancia entre velocidad y resistencia, sumada a un método de abdominales con lastres, mostraba que su rutina estaba lejos de ser improvisada. Con estos antecedentes, no sorprende que su figura despertara tanto interés antes de revelar con detalle en qué consistía su día a día.
Según confesó al Diario AS, Aznar dedicaba entre dos horas y dos horas y cuarto al deporte. Su programa incluía series de velocidad de 40, 60 y 80 metros, además de carrera continua para reforzar la resistencia.
En paralelo, los abdominales eran su gran seña de identidad. Los realizaba en bloques de cien repeticiones, muchas veces con peso adicional en los tobillos. Esa exigencia constante fue la que consolidó su fama y lo convirtió en protagonista de titulares deportivos y sociales por igual.
No solo se trataba de esfuerzo físico, sino también de pasión personal. Aznar admitió que siempre viajaba con su bolsa de deporte, convencido de que la constancia era el único camino. Esa disciplina lo acompañaba en su día a día, reforzando la imagen de un político obsesionado con el físico y con una voluntad de hierro.
El propio expresidente nunca ocultó su admiración por deportistas españoles de élite. Nombres como Rafa Nadal, Pau Gasol o Fernando Alonso figuraban en su lista de referentes, aunque siempre aclaraba que eran "tantos y tan buenos" que no podía elegir uno solo. De hecho, se le llegó a ver compartir pista con a Arantxa Sánchez Vicario o Abel Antón.
José María Aznar siempre fue noticia, pero durante años lo fue por su sorprendente forma física y no solo por su carrera política. Sus rutinas, declaraciones y cifras descomunales quedaron grabadas en la memoria colectiva. Y aunque hoy hablamos de su físico en pasado, el eco de aquella disciplina sigue despertando preguntas sobre la fuerza de la constancia.
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