
El Hospital Universitario de Torrejón explica cómo actuar en caso de intoxicación
Las intoxicaciones por productos de limpieza constituyen una de las primeras causas de consulta
Las intoxicaciones por productos de limpieza son una de las principales causas de consulta en urgencias. Los expertos del Hospital Universitario de Torrejón alertan sobre su peligrosidad. Actuar rápido es clave, pero seguir ciertas pautas también salva vidas.
El verano concentra el mayor número de accidentes. Los niños permanecen más tiempo en casa y representan el grupo de riesgo principal. “Los menores de cinco años, por su curiosidad, están más expuestos.
También las personas mayores o con deterioro cognitivo pueden ingerir productos por error”, explica la doctora Xulia García Fernández, jefa de Urgencias.
Los adultos también corren riesgo, especialmente al combinar productos de manera accidental. Mezclas como lejía y amoniaco producen gases tóxicos muy peligrosos. Los desatascadores, limpiadores de hornos y productos con ácido clorhídrico son altamente corrosivos.
Los síntomas más frecuentes incluyen dolor abdominal, vómitos, quemaduras en boca o garganta, tos, dificultad respiratoria e irritación ocular o cutánea. En casos graves, pueden aparecer convulsiones, alteración de conciencia o shock.
Si se produce una intoxicación, lo primero es mantener la calma. Identificar el producto leyendo la etiqueta y llamar al Servicio de Información Toxicológica (91 562 04 20) o al 112.
No provocar el vómito ni dar alimentos o bebidas sin indicación médica. Tampoco se debe neutralizar el químico con otro producto.
En urgencias, el equipo médico evalúa al paciente de inmediato. Se realizan analíticas y radiografías. Según el caso, se puede aplicar lavado gástrico, carbón activado o antídotos.
Para prevenir accidentes, los expertos recomiendan guardar los productos fuera del alcance de los niños, no trasvasarlos a botellas de bebida y no mezclar químicos. Leer siempre las etiquetas, ventilar los espacios y enseñar a los niños sobre su peligrosidad es fundamental.
El verano exige extremar precauciones en el hogar. La prevención y la rapidez en la reacción pueden marcar la diferencia entre un accidente leve y uno grave.
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