
Coca-Cola da un jarro de agua fría a todos sus clientes en Estados Unidos
La compañía ha tomado una decisión que podría impactar a quienes consumen sus productos en Estados Unidos
Coca-Cola, una de las marcas más reconocidas del mundo, ha lanzado un mensaje que no ha pasado desapercibido. En medio de cambios económicos y decisiones políticas, se avecinan modificaciones en su forma de operar. Y las consecuencias podrían notarse pronto en los lineales de los supermercados.
Las nuevas condiciones del mercado han llevado a la famosa compañía de refrescos a replantearse algunas estrategias. Y, en este sentido, las decisiones que pueda tomar afectarán tanto a su producción como al tipo de envases utilizados.

Coca-Cola señala que podría llevar a cabo cambios en el tipo de envase por motivos económicos
Coca-Cola ha advertido que podría recurrir más al plástico si el precio del aluminio sigue subiendo de precio. La empresa importa este material desde Canadá para fabricar latas, pero los nuevos aranceles propuestos por Donald Trump podrían encarecerlo notablemente. Se trata de un impuesto del 25% sobre el aluminio extranjero, sin excepciones ni exenciones previstas.
El director ejecutivo de la compañía, James Quincey, ha explicado que si un tipo de envase se vuelve más caro, optarán por otras alternativas. En este caso, las botellas de plástico (PET) podrían ganar presencia en el mercado estadounidense. El objetivo, según la empresa, es mantener la accesibilidad del producto para el consumidor.
Si Coca-Cola opta por no recurrir a más plástico y sigue utilizando el aluminio a precios más altos, se verá obligada a aumentar el precio de sus productos. Con el impacto de los nuevos aranceles, el costo del aluminio podría subir considerablemente, lo que afectaría la rentabilidad de la compañía. En este escenario, la empresa se vería en la necesidad de trasladar parte de ese aumento a los consumidores, lo que supondría un jarro de agua fría en toda regla.

Desde la perspectiva de la marca, el impacto de los aranceles no es insignificante, pero tampoco decisivo en su estructura global. Quincey señaló que el envase representa solo una parte del coste total del producto. Aun así, la marca busca maneras de adaptarse a la nueva situación sin perder competitividad.
Coca-Cola habla sobre el uso de envases
Coca-Cola ha aumentado gradualmente el uso de latas en los últimos años, aunque las cifras aún muestran un predominio del plástico. Según su último informe ambiental, el 26% de sus bebidas se vendieron en envases de aluminio o acero en 2023. En cambio, el 47,7% fueron distribuidas en botellas de plástico.
El posible aumento de botellas responde, según la marca, a criterios de eficiencia y costes. No se ha anunciado ningún cambio oficial, pero las declaraciones de sus directivos apuntan a una mayor flexibilidad en el tipo de envase. Esta medida permitiría a la empresa adaptarse con rapidez si los precios del aluminio siguen en alza.

Por otro lado, este anuncio se ha producido en paralelo a una nueva orden ejecutiva firmada por Trump. En ella, se revierte la anterior política que promovía el uso de pajitas de papel en el ámbito federal. A partir de ahora, se permitirá nuevamente el uso de pajitas de plástico en ciertas dependencias del gobierno.
Las decisiones económicas y políticas están influyendo en el modelo de negocio de grandes empresas. Coca-Cola, en este caso, estudia distintas opciones para mantener su presencia en el mercado sin aumentar demasiado sus precios. Los próximos meses marcarán si estos cambios se hacen realidad o quedan como una posibilidad.
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