Adiós a las patatas fritas: estas son las peores del súper en España, según la OCU
La OCU lo ha dejado claro: estas patatas fritas son la peor opción que se vende en los supermercados
Si estás comprometido con una alimentación saludable, pero no quieres renunciar a las patatas fritas, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) tiene buenas noticias. Y es que, aunque no lo creas, hay buenas opciones en el mercado.
Sin embargo, también hay otras que es mejor evitar. Par ayudarte a tomar buenas decisiones sobre tu salud, la OCU ha desvelado cuáles son las peores patatas fritas disponibles en los supermercados de España.
La OCU ha realizado un exhaustivo análisis de 331 patatas fritas para evaluar su calidad y su impacto en la salud de los consumidores. El resultado ha sido claro: la mayoría de las patatas fritas disponibles en el mercado español son alarmantemente altas en calorías, grasas y sal. Y esto las convierte en una opción poco recomendable para quienes buscan mantener una dieta equilibrada.
Las peores patatas fritas del súper, según la OCU
En su estudio, la OCU ha identificado dos productos que destacan negativamente, a pesar de ser permitidos. El primero de ellos son las patatas fritas Ruffles sabor jamón, que incluyen el colorante E150d.
Este aditivo, aunque autorizado, ha sido objeto de debate debido a sus posibles efectos adversos para la salud a largo plazo. Se trata de un colorante que también está incluido en otras patatas del supermercado, las patatas fritas onduladas sabor jamón de Consum.
A pesar de las malas noticias, la OCU no deja a los consumidores sin opciones. Si deseas mantenerte fiel a tu amor por las patatas fritas, pero cuidar tu salud, existen alternativas más saludables disponibles en el mercado.
Optar por patatas fritas horneadas en lugar de las fritas tradicionalmente puede reducir significativamente el contenido de grasas. Estos productos suelen mantener el mismo sabor crujiente, pero con menos calorías, lo que los hace ideales para una dieta equilibrada.
Otra opción es elegir patatas fritas que contengan menos sal o que sean completamente sin sal. Estas versiones permiten disfrutar del sabor sin el riesgo asociado al consumo excesivo de sodio. Además, existen otros snacks de vegetales, como chips de kale, zanahoria o remolacha, que ofrecen beneficios nutricionales adicionales y suelen tener menos calorías.
Y es que hay que recordar que uno de los principales problemas de las patatas fritas es su elevado contenido calórico. Un solo paquete puede aportar una cantidad significativa de calorías, lo que contribuye al aumento de peso si se consumen con frecuencia. Además, muchas de estas patatas están fritas en aceites que incrementan el contenido de grasas saturadas, las cuales están asociadas a problemas cardiovasculares.
El alto porcentaje de sal es otro factor crítico señalado por la OCU. Un consumo excesivo de sodio puede llevar a hipertensión y otros trastornos de salud. Las patatas fritas suelen estar sazonadas generosamente, lo que las convierte en una fuente importante de sal en la dieta diaria.
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