El último año de Sabiniano Gómez: ‘Begoña le tenía abandonado. Daba pena’
Un vecino relata cómo la mujer de Sánchez no acudía a visitar a su padre a pesar de su maltrecho estado de salud
El pasado miércoles falleció Sabiniano, el padre de Begoña Gómez, y el presidente del Gobierno canceló su agenda durante dos días para estar cerca de su mujer en estos dolorosos momentos. Una semana antes había sufrido una aparatosa caída y días después se confirmó su muerte.
Ayer sábado se celebró la misa funeral en la localidad conquense de Huete, de donde era originario y fueron depositadas sus cenizas. Lo cierto es que el último año fue muy duro para el ex dueño de una inmensa red de saunas gays y prostíbulos. Que le sirvió para amasar una gran fortuna y un patrimonio importante que heredarán Begoña y su hermano.
Según varios vecinos del residencial de Majadahonda, donde residía el padre de Begoña, el hombre llevaba desde la pandemia acompañada de una asistenta sudamericana que le cuidaba constantemente. El COVID se cebó con él y su estado de salud empeoró hasta el punto de que tenía que salir a pasear en silla de ruedas ayudado por su asistenta. El hombre acudía con frecuencia en taxi a sus sesiones de rehabilitación en el hospital privado Puerta de Hierro de Madrid.
“En pandemia pegó un bajonazo y yo dije que él no lo contaba. Perdió como 20 años de vida en cuanto a apariencia”, recuerda un vecino consultado por EDATV.
Este medio pudo apreciar el estado de salud de Sabiniano Gómez. Cuando salía a pasear en silla de ruedas hace unos meses y decidió no tomar ninguna imagen del dado su maltrecho estado de salud.
Habla el vecino del padre de Begoña: “La hija le tenía abandonado”
“La hija le tenía abandonado”
A pesar de su mal estado, el hombre no recibía nunca la visita de Begoña Gómez en su domicilio, según narra uno de sus vecinos. “Nos daba más pena que otra cosa. Daba sensación de abandono. Muchas veces le he visto comer solo. Alguna vez creo que le invitaban a comer a La Moncloa, pero tampoco lo contaba muy claramente. A Begoña nunca la vi. Me parece que un día le vi a Sabiniano con los nietos hace mucho. Cuando vivía su madre sí venía". Lo que tuvo siempre al principio del todo. Que yo no sabía lo que era el pin de la Agenda 2030 cuando yo no sabía ni lo que era".
Este vecino reconoce que Sabiniano era una persona particular porque, en ocasiones, le decía que les espiaba y que sabía todo de ellos. Él hacía como de policía e intentaba sacarte información. ‘De vosotros sé todo’, nos decía a mi mujer y a mí cuando estaba bien y coincidíamos en la arrocería del barrio. Nos conocíamos de las reuniones de los vecinos. Un día sacó la cartera y me enseñó a Sánchez, pero esto era antes de que estuviera de presidente del Gobierno y me dijo este es mi yerno. Me reí. Él es una persona que ha puesto escuchas en las saunas gays, según cuentan los periodistas, que le gustaba espiar, saber. Yo conocí a muchos socialistas que son así. En cuanto tú no eres de su cuerda te intentan investigar, sonsacar. Igual Sánchez pidió información sobre los vecinos. Como él lo controla todo, para enterarse, a ver quién estaba viviendo cerca…” Reconoce este señor que lleva viviendo toda la vida en ese residencial donde, según su testimonio, Sabiniano contaba con dos áticos. “Uno de alquiler y en el otro vivía”, explicaba.
Fuentes próximas al matrimonio Sánchez-Gómez confirman que Begoña Gómez se distanció de su padre cuando empezaron a aparecer las informaciones en los medios de que Sabiniano se dedicaba a la prostitución. El tema era una bomba informativa para Sánchez, dado que ha querido impulsar la abolición de la prostitución. Un discurso hipócrita pues gracias a estos negocios sexuales Begoña y Sánchez pudieron vivir. Según contó Okdiario, en un exclusivo residencial de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, donde Sabiniano le compró a su hija un inmueble. La última vez que trascendió que Sánchez y Begoña habían estado con Sabiniano fue en la boda de su hermano. Que fue polémica porque Sánchez usó un helicóptero oficial para llegar al pequeño pueblo de La Rioja donde se celebró el evento. Allí ni Sánchez ni Begoña quisieron posar con su padre. Cuando
El suegro de Pedro Sánchez y padre de Begoña Gómez llegó a ser el rey de un imperio de prostíbulos y saunas gays. Donde se manejaban ingentes cantidades de dinero negro y donde la mayoría de hombres y mujeres. Que daban servicios sexuales no tenían ni contrato y algunos de ellos estaban en España en situación irregular. Procedente de Huete (Cuenca), Sabiniano Gómez junto a sus hermanos Enrique, Conrado, Isaias y Josué vieron en el sexo un negocio redondo.
Su hermano Enrique había heredado de un señor gay una importante fortuna que la familia Gómez decidió invertir en locales en los que establecer sus negocios de prostitución. La primera adquisición de la familia de Begoña Gómez fue el Cine Mundial en la madrileña calle Alcalá en los años 80. Allí instalaron un salón para bodas, bautizos y comuniones. Aunque pronto lo convirtieron en un salón de juegos recreativos con mesas de billar y máquinas tragaperras. En los años 90 lo convertirían en dos locales comerciales donde ubicó una tienda de cosméticos y una Rodilla.
La familia Gómez comenzó a hacerse con otros locales en puntos estratégicos del centro de Madrid y decidieron lanzarse al negocio de las saunas gays y prostíbulos conscientes del boom. Que había provocado en Madrid la movida madrileña. Una de las saunas que regentó el padre de Begoña se llamó Sauna Azul, situada en la calle Concepción Arenal y cerca de la antigua sede del Partido Socialista de Madrid.
Cuando Sánchez empezó a crecer dentro del PSOE en torno a 2006, el suegro decidió poner los negocios a nombre de sus hermanos. Aunque cuentan sus empleados que los locales seguían siendo suyos. "Los locales estaban a su nombre, pero los locales los explotaban sus hermanos. Aunque él controlaba todo en la sombra", explica un ex empleado de Castellana 180. El puticlub estrella del imperio de los Gómez y donde facturaban 140.000 euros diarios (gran parte en B). En el Registro Mercantil se pueden observar estos movimientos de Sabiniano para evitar un daño reputacional a su yerno. Se puede ver en el año 2006 cómo la sala Adán estaba nombre de Sabiniano Gómez y el negocio se dirigía. Desde el local vecino ubicado en el número 36 de la calle San Bernardo. Era el domicilio fiscal del suegro de Sánchez y de su hermano Enrique.
En el citado año la empresa San Bernardo 36 S.L. a través de la que Sabiniano gestionaba esa sauna pasa a ser propiedad de su hermano Enrique como socio único. En 2013 se traspasaría a Ángel Prieto, una persona de la confianza de la familia Gómez.
Desde el PSOE, cuando trascendió esta historia, siempre se dijo que el suegro se desentendió de estos negocios. Según antes de que Sánchez y Begoña oficializasen su relación. Nada más lejos de la realidad, pues hay empleados que cuentan que Begoña trabajó como contable del negocio. Hasta hacía siete años, es decir, cuando Sánchez ya era jefe de la oposición.
Otras saunas que regentó la familia Gómez fue "Sauna Princesa" en la calle Mártires de Alcalá en Madrid, la sauna "Mayka", otra en la calle Capitán Haya
El padre de Begoña Gómez también fue propietario de un club que estaba ubicado en la Calle Arenal, 4. Este llevaba por nombre Sauna Azul, también estaba dedicado para el público homosexual. Asimismo, en la calle Mártires de Alcalá, el tío político de Sánchez tenía una sauna de ambiente gay llamado Sauna Princesa. En este establecimiento se repite la misma modalidad de los locales ubicados en la calle San Bernardo. Justo al lado, en calle Mártires de Alcalá número 5, el hermano de Sabiniano tenía una oficina en la que supuestamente se llevaba la administración del club homosexual. Cabe destacar que en esta misma dirección estaba domiciliada Pil Pil Hostel, que cuenta con una red de hoteles y albergues en Madrid y Bilbao.
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