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Un grupo de hombres en trajes formales camina y conversa al aire libre en un entorno arbolado.
POLÍTICA

Sánchez se entrega a China mientras Xi Jinping blinda las dictaduras aliadas

Xi Jinping es el gran valedor de regímenes como Corea del Norte, Irán, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Zimbabue o Birmania, entre otros

Pedro Sánchez inicia su gira asiática para acercarse a regímenes como Vietnam y China, avalados por sus alianzas autoritarias. El presidente viaja esta semana a Hanói, Ho Chi Minh y Pekín, en plena escalada geopolítica tras la subida de aranceles de Estados Unidos.

Sánchez no va solo. Le acompañan Albares y Luis Planas para abrir vías comerciales y firmar memorandos con regímenes de partido único.

Vietnam, país comunista sin libertades políticas, será su primera parada. Se reunirá con toda la cúpula del Partido Comunista local. No es casualidad que Sánchez refuerce lazos con países alineados con China, que sostiene dictaduras en África, Asia y América Latina.

Xi Jinping es el gran valedor de regímenes como Corea del Norte, Irán, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Zimbabue o Birmania, entre otros. Todos estos países cuentan con respaldo diplomático, económico o militar del gigante asiático que ahora corteja Pedro Sánchez.

Dos hombres de traje se dan la mano frente a las banderas de China y España.

El Gobierno dice que la visita no busca sustituir a EE.UU., sino diversificar. Pero los socios elegidos son democráticamente nulos.

En Vietnam no hay oposición política legal. En China, el Partido Comunista controla todos los poderes con puño de hierro. Sánchez busca cerrar acuerdos comerciales que ayuden a reducir el brutal déficit comercial español con ambas dictaduras asiáticas.

El desequilibrio con China y Vietnam supera el 70% del déficit comercial total. Se estima en unos 38.000 millones de euros. Moncloa ha preparado un protocolo financiero de 300 millones para facilitar la entrada de empresas españolas en Vietnam.

También se firmarán acuerdos en cultura y deportes, agricultura y pesca. Pero no hay mención a libertades o derechos humanos. En Pekín, Sánchez será recibido por Xi Jinping, con quien celebrará los 20 años de relaciones estratégicas entre España y China.

En paralelo, las autoridades chinas han invitado a los Reyes a visitar el país en 2025, gesto diplomático nada inocente. La visita a China llega después de las quejas del sector farmacéutico español por las trabas impuestas en anteriores visitas.

Sánchez espera calmar los ánimos del sector empresarial y abrir paso a empresas españolas con potencial en el mercado chino. Sin embargo, el gesto de acercarse a dictaduras sin pedir reformas genera rechazo en amplios sectores políticos y sociales.

Mientras la UE denuncia las violaciones de derechos en estos países, Sánchez se retrata con sus líderes sin exigir condiciones. Con esta gira, Pedro Sánchez no solo busca negocio. También parece definir con quién quiere estar alineado en el tablero global.

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