¿Quién es la cantante progre que cantó en el acto del PSOE por la muerte de Franco?

Durante su reciente actuación, la joven y cantante Jimena Amarillo,  conocida por su gran éxito en plataformas musicales, tuvo un percance con el autotune en pleno escenario. Esta tecnología, que permite mejorar la afinación de la voz de los artistas, se activó inesperadamente antes de lo previsto, alterando su actuación.

El incidente con el autotune, que usualmente sirve para perfeccionar la voz, se convirtió en una metáfora fallida cuando se adelantó a la cantante. Así, dejando al descubierto las limitaciones de dicha herramienta tecnológica.

Con tan solo 23 años, la cantante valenciana Jimena Amarillo ha logrado conquistar a casi medio millón de oyentes mensuales en Spotify, convirtiéndose en un icono dentro de la comunidad LGTBI. Ella misma describe su música como "para lesbianas" o "cantos lesbianos".

Jimena comenzó su formación musical a los cinco años con el violín en una escuela de música donde se aprendía de oído. Posteriormente, de forma autodidacta, aprendió a tocar la guitarra, estudió Bachillerato artístico y completó una FP de Sonido.

Su incursión en la música también la llevó a hacer versiones en YouTube, plataforma que fue clave para su generación. Inicialmente, grababa estas versiones para una novia que cantaba, pero tras finalizar su relación, decidió poner ella misma la voz a sus canciones.

Durante su reciente actuación, la joven cantante Jimena Amarillo, conocida por su éxito en plataformas de música, experimentó un vergonzoso contratiempo en pleno directo.

Al pronunciar los primeros versos, exclamó: "¡Para la base!", al descubrir que el autotune estaba mal configurado, con 12 grados menos de lo habitual. A pesar del fallo, Jimena intentó mantener la compostura, explicando al público que "no pasaba nada" y que todo podía solucionarse.

Sin embargo, su intento de manejar la situación con humor fue poco convincente. "Volvemos a empezar, solo buen rollo aquí, llevo esperando una hora y pasa esto, ¡tira, tira!", dijo a los operarios, mientras la audiencia aplaudía más por compasión que por entusiasmo. Con su voz alterada por el autotune, Jimena reanudó su interpretación visiblemente afectada.

Su actuación, que cerró la gala, fue recibida con baile y sonrisas forzadas por parte de los políticos presentes. El estribillo "libertad, sin ira libertad, y si no la hay sin duda la habrá" sonó más como un intento desesperado por recuperar el control de la situación. Jimena concluyó su presentación con un forzado "y punto", intentando poner un broche de oro a una actuación que, claramente, no salió como esperaba.