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Mujer sentada en una mesa con carpetas, fondo con el logo del Principado de Asturias y un círculo rojo con las siglas PSOE y la imagen de un hombre
POLÍTICA

La presión de docentes de Asturias contra el Gobierno socialista provoca dimisiones

La consejera de Educación del Gobierno asturiano, Lydia Espina, ha presentado este lunes su dimisión

La consejera de Educación del Gobierno del Principado de Asturias, Lydia Espina, ha presentado su dimisión "irrevocable". Ocurre tras semanas de tensiones y protestas del sector educativo. La ya exconsejera ha comunicado su decisión al presidente regional, Adrián Barbón, a través de una carta.

En ella ha reconocido el "enorme desgaste emocional y personal" que ha sufrido durante los últimos meses.

"Los ataques han traspasado los límites de lo racional y lo político, llegando a lo personal", aseguró Espina en su carta. Lamentó la imposibilidad de mantener un diálogo respetuoso con todas las partes implicadas.

Publicación en la que Adrián Barbón informa sobre la dimisión irrevocable de la consejera Lydia Espina, agradeciéndole su trabajo y dedicación, y adjunta la carta íntegra de renuncia dirigida al presidente

"Me preocupa que este conflicto acabe afectando la percepción de la sociedad asturiana sobre la educación pública", señaló. Defendiendo el nivel del sistema educativo regional, que “está a la cabeza de las evaluaciones nacionales e internacionales”.

La dimisión se produce en un contexto de creciente malestar docente, canalizado por los principales sindicatos del sector —ANPE, CC.OO., Suatea, UGT y CSIF. Que desde mayo han intensificado sus protestas contra la gestión de la Consejería. Los sindicatos iniciaron concentraciones, manifestaciones y paros parciales exigiendo mejoras laborales y educativas.

Hombre con barba y gafas hablando frente a un micrófono con fondo azul y amarillo

Aunque Espina accedió a una de las principales demandas, la recuperación de la jornada reducida del alumnado. Pero las organizaciones sindicales mantuvieron la presión sumando más reivindicaciones, como la mejora de las condiciones del personal interino o el cumplimiento de compromisos previos en materia de plantilla y recursos.

La ruptura del diálogo en varias mesas de negociación y el endurecimiento del conflicto acabaron minando la posición de Espina. Aun así, la ya exconsejera defendió que todas sus decisiones fueron adoptadas “pensando siempre en el interés del alumnado” y rechazó haber actuado con ánimo de confrontar o perjudicar a nadie.

En su despedida, mostró gratitud hacia su equipo de trabajo y su familia, y apeló a la “empatía” y “la humanidad” como principios esenciales para ejercer cargos públicos. También se declaró “orgullosa” del sistema educativo público asturiano, al que consideró “el patrimonio más valioso” de la comunidad.

Con esta salida, el Ejecutivo de Adrián Barbón afronta una nueva crisis en un área clave, con el curso todavía en marcha y una comunidad educativa profundamente dividida. La pregunta ahora es si la dimisión servirá para rebajar la tensión o si, por el contrario, abrirá una nueva fase de inestabilidad.

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