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POLÍTICA

Portugal corta intercambios con España y critica su falta de reacción ante el apagón

La ministra portuguesa Maria da Graça Carvalho subrayó que su país logró restablecer el sistema por medios propios, mientras España necesitó a Francia y Marruecos

Portugal corta el flujo eléctrico con España y muestra su autosuficiencia tras el apagón. Una decisión que dice más de lo que aparenta.

Maria da Graça Carvalho fue contundente: "seguimos sin intercambios con España por precaución". ¿Precaución o falta de confianza?

La ministra portuguesa subrayó que su país logró restablecer el sistema por medios propios. España necesitó a Francia y Marruecos.

Portugal mostró una recuperación ejemplar. A las 23.00 horas ya tenía toda su red eléctrica nacional operativa y estable.

España, por el contrario, sigue sin explicaciones claras. La transparencia brilla por su ausencia en el Gobierno de Pedro Sánchez.

El Gobierno español no ha ofrecido datos técnicos sólidos. Solo frases vacías mientras los vecinos toman decisiones firmes y autónomas.

Portugal, con menos dependencia energética exterior, gestiona su red con criterio. España, con más recursos, ofrece más improvisación.

Carvalho anunció que los expertos independientes trabajan ya en identificar el origen. Pero Portugal ya toma decisiones firmes.

El mensaje es claro: no hace falta esperar informes cuando se tiene control y conocimiento. Algo que el Gobierno español no ha demostrado.

Un grupo de personas se reúne en la oscuridad, iluminados por la luz de una vela.

Sara Aagesen, ministra de Transición Ecológica, apenas reaccionó. Portugal, mientras, lideró una reunión y marcó la hoja de ruta. La diferencia es abismal. Un gobierno actúa con visión de Estado, el otro con miedo a asumir responsabilidades políticas y técnicas.

Carvalho incluso lamentó no tener más conexiones con Francia, pero no depende de terceros para restablecer el servicio eléctrico. La interdependencia mal gestionada se convierte en debilidad. Y España, en este caso, fue el eslabón más débil del sistema europeo.

Portugal no solo se recuperó rápido. También marcó distancia con un socio que no ofrece garantías en la gestión de su red eléctrica.

REN, el operador portugués, confirmó que los intercambios con España seguirán suspendidos hasta evaluar toda la seguridad técnica.

Una decisión firme, profesional, qué refleja seriedad. Mientras, en España, se evita hablar de responsabilidades políticas.

Es legítimo preguntarse por qué no hubo una comunicación directa del presidente español tras un apagón de esta magnitud. Lo ocurrido va más allá de lo técnico. Es un símbolo del desorden político que reina en el actual Ejecutivo español.

Ni la vicepresidenta tercera ni Sánchez han sabido explicar qué ocurrió, ni qué medidas se adoptarán para evitar otro fallo. Portugal demostró con hechos que sabe gestionar una crisis. España sigue atrapada en la narrativa y el ruido político.

Mientras Portugal intensifica los contactos con Europa, España reacciona tarde y con evidente falta de liderazgo energético.

Portugal no solo reactivó su red, también defendió su soberanía energética. España ni siquiera controló sus puntos de blackstart.

El Gobierno español debería tomar nota. Las alianzas no sirven si no se está a la altura técnica y política cuando importa. Un sistema energético nacional no puede depender del exterior ni de la propaganda. Precisa solidez, previsión y competencia. Portugal ha dado una lección de responsabilidad. España, otra más de opacidad, dependencia y falta de rigor.

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