
El oscuro vínculo de Sánchez y sus hombres con Huawei que sacude Moncloa
Pedro Sánchez, Óscar López y Antonio Hernando, protagonistas del escándalo por contratos millonarios con Huawei
En 1997, Pedro Sánchez no soñaba con Moncloa ni con batallas internacionales. Trabajaba en un despacho anodino en Bruselas junto a Óscar López y Antonio Hernando.
Eran tres jóvenes con ilusión, cafés y proyectos compartidos. Creían que el socialismo volvería a gobernar pronto.
Sus mayores retos entonces eran modestos: colar una enmienda en un informe europeo o encontrar billetes baratos de tren a Estrasburgo.
Nunca imaginaron que, casi tres décadas después, acabarían en el centro de decisiones nacionales. Decisiones con impacto mundial, como la controvertida relación con Huawei.
Aquella sociedad improvisada se transformó en estructura sólida. Sánchez se convirtió en presidente, López en ministro de Transformación Digital y Hernando en secretario de Estado de Telecomunicaciones. Un trío que maneja hoy temas delicados y sensibles.
Pero su ascenso no fue fácil. En 2000, José Blanco, entonces secretario de Organización del PSOE, los incorporó a Ferraz.
Sánchez en Economía, López como jefe de gabinete y Hernando en Inmigración. Fueron los “chicos de Blanco”, aprendiendo a moverse en tiempos difíciles.

La foto soñada y la ruptura del PSOE
En 2014, Sánchez ganó las primarias del PSOE y situó a López y Hernando en puestos clave. Parecía el éxito del equipo que se había curtido en campañas y derrotas.
Pero en 2016, el Comité Federal rompió el partido y su amistad. Hernando apoyó a Susana Díaz, López a Patxi López y Sánchez quedó solo.
Solo un puñado de fieles lo acompañó en su travesía del desierto. Pero el reencuentro llegó años después.
En 2021, López volvió a Moncloa como director de Gabinete y luego ministro. Hernando regresó tras años en el sector privado y volvió a la secretaría de Estado.
El escándalo Huawei y la sombra del lobby
Hoy, esos tres hombres están en el centro de una polémica con ramificaciones internacionales. Huawei, vetada por Bruselas y varios países por razones de seguridad, sigue recibiendo contratos en España. El más polémico es el de 12 millones para almacenar escuchas policiales.

El PP ha registrado preguntas en el Senado por la posible influencia de Huawei y sus vínculos con la inteligencia china.
La Ley de Inteligencia Nacional de China obliga a Huawei a colaborar con sus servicios secretos, aunque la empresa lo niegue.
La consultora Acento, vinculada a Hernando, ha negado cualquier participación en contratos relacionados con Huawei. Sin embargo, el ruido político y mediático no cesa.
Mientras Alemania, Francia, Italia y Suecia aplican vetos a Huawei, España mantiene la confianza en la compañía. El argumento oficial es pragmático: contratos firmados, tecnología eficiente y riesgo controlado.
Pero en Bruselas la preocupación es creciente. Se advierte que España corre un riesgo innecesario al mantener estos vínculos. La seguridad de las comunicaciones y la protección de datos sensibles están en juego.

Un futuro incierto y la prueba definitiva
La historia de estos tres hombres demuestra que, aunque las rupturas políticas parecen definitivas, siempre hay margen para el reencuentro. La pregunta ahora es si podrán sobrevivir a la presión internacional y a los riesgos que implica Huawei.
El tablero es más grande y las piezas más valiosas. Los errores pueden costar mucho más que votos o congresos. El tiempo dirá si Sánchez, López y Hernando logran mantener su alianza y la confianza del país frente a Pekín.
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