La orden de la cúpula del PSOE para proteger a su ''máximo líder''
Zapatero, leal defensor del presidente, se erige como el portavoz del sanchismo
El PSOE atraviesa una tormenta judicial y política, y la estrategia es clara: blindar a Pedro Sánchez sacrificando figuras secundarias. En el Congreso celebrado en Sevilla, el partido mostró su enfoque: proteger a su líder pese al ruido generado por varios escándalos.
La figura de Sánchez Acera, ha sido identificada como el próximo "peón sacrificado" para salvar al "rey" como lo explica El Español.
Óscar López, mano derecha de Sánchez, es defendido con ahínco. Su caída sería un golpe estratégico que debilitaría la estructura.
Los recientes escándalos relacionados con Lobato y Sánchez Acera incomodan. Su citación por el Supremo aumenta la presión sobre el PSOE.
El partido insiste en encapsular responsabilidades. La prioridad es evitar que las acusaciones escalen hacia las figuras más importantes.
Zapatero, leal defensor del presidente, se erige como el portavoz del sanchismo. En Sevilla pidió unidad absoluta dentro del partido.
El expresidente destacó logros históricos del PSOE en derechos sociales, buscando desviar la atención hacia un legado positivo. Desde Moncloa también se enfrentan señalamientos hacia Begoña Gómez. Argumentan que su equipo es menor comparado con esposas previas.
El caso Ábalos sigue siendo una pieza clave. El exministro fue dejado a su suerte, una estrategia recurrente para proteger a Sánchez. La oposición acusa al PSOE de encubrimiento, denunciando maniobras para evitar que las sombras de corrupción lleguen al presidente.
Dentro del partido, algunos líderes se muestran críticos con la dirección. Exigen mayor transparencia en lugar de tácticas defensivas. El caso Lobato, relacionado con la filtración de un correo confidencial, se suma a la lista de problemas que afectan a Ferraz.
En el Congreso, los dirigentes trataron de mostrar fortaleza. Sin embargo, las bases expresan preocupación por los costos políticos.
El "fuego amigo" no cesa, y varios barones socialistas se distancian de la dirección. Sánchez intenta imponer unidad pese a todo. Zapatero, por su parte, aprovechó su intervención para recordar el papel del partido en "derechos sociales y libertades individuales".
El exmandatario pidió a las bases y líderes regionales del PSOE un respaldo incondicional, enfatizando que "la lealtad es clave". Mientras tanto, la figura de Sánchez Acera genera dudas. Su citación por el Supremo podría ser el inicio de más problemas para Ferraz.
El PSOE ve este momento como una oportunidad para cerrar filas, pero no todos están de acuerdo con la estrategia de contención. La oposición, liderada por el PP, intensifica sus ataques. Acusan a Sánchez de gobernar un partido que prioriza el encubrimiento.
El Congreso socialista se convirtió en un escenario de apoyo al líder, pero también en un espacio de murmullos y tensiones internas. El blindaje a Pedro Sánchez es total. Los socialistas esperan que esta estrategia los mantenga unidos, aunque el costo sea alto.
El PSOE sabe que las próximas semanas serán decisivas. Los escándalos aún no han alcanzado su punto álgido, y el impacto es imprevisible.
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