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Hombre con gafas hablando en un micrófono con un símbolo de exclamación rojo al lado.
POLÍTICA

La nueva estrategia del Gobierno para frenar los casos de corrupción que les afectan

La reforma del sistema judicial que propone el Gobierno busca su propio beneficio, limitando el poder judicial

En el Gobierno de Sánchez la polémica no descansa. Esta vez ha surgido porque el Ejecutivo ha dado un nuevo paso en su lucha por reformar el sistema judicial. En particular, en cómo se maneja la figura de la acusación popular en España.

Según el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, el Gobierno está considerando limitar este instrumento legal. Argumenta que ciertas organizaciones, a las que califica como "ultraderechistas", estarían "pervirtiendo" el propósito original de esta herramienta.

La acusación popular ha sido fundamental en numerosos casos judiciales que rodean y salpican al Gobierno. Han permitido que entidades y ciudadanos no directamente afectados por un delito puedan personarse en procedimientos judiciales y contribuir a esclarecer los hechos.

Sin embargo, el ministro Bolaños ha señalado que el uso de esta figura ha sido distorsionado por grupos con intereses políticos específicos. Según el ministro, estas asociaciones buscan "perseguir a personas progresistas y a sus familias".

Hombre con gafas y traje sonríe mientras está frente a un micrófono.

La revisión de la acusación popular cobra relevancia debido a su impacto en casos que han afectado al entorno del Gobierno y al propio PSOE. Entre estos destacan el caso que involucra a Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, y el caso David Sánchez, que afecta al hermano del presidente. Ambos han sido impulsados en gran parte gracias a la intervención de acusaciones populares.

Según Bolaños, estas causas reflejan un uso "instrumental" de la figura de la acusación popular. Afirma que la desvían de su finalidad de esclarecer delitos, utilizándola en cambio para dañar la imagen del Gobierno.

"No les importa perseguir el delito o esclarecer los hechos", haciendo referencia a las organizaciones ultraderechistas que, según él, están detrás de estas acusaciones. "Lo que quieren es perseguir a personas progresistas y a sus familias", añadió. 

Hombre con traje azul y expresión seria frente a un fondo de madera.

No obstante, esta intención de limitar la acusación popular ha generado ya críticas. La oposición y las organizaciones que defienden la importancia de esta figura en la lucha contra la corrupción han rechazado la reforma. 

La acusación popular ha sido clave en algunos de los casos de corrupción más importantes de la historia de España. Ha permitido a colectivos ciudadanos o partidos políticos personarse en estos procesos y garantizar que los hechos fueran investigados de manera exhaustiva.

El futuro de la acusación popular en España parece incierto. Todo apunta a que este será un tema de gran discusión en los próximos meses, especialmente en el contexto de las reformas del sistema judicial que el Gobierno tiene previstas.

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