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Collage con recortes de documentos, billetes, titulares de prensa, una persona en toalla, las palabras PSOE y EXCLUSIVA, y dos retratos en blanco y negro de un hombre y una mujer
POLÍTICA

Mi turbia noche entre chaperos en la sauna gay del suegro de Sánchez

En 2018 me infiltré en uno de los mugrientos locales sexuales de Sabiniano Gómez, padre de Begoña

18 de septiembre de 2018. Diez y cuarenta de la noche. Una empresa alemana antiplagio acaba de confirmar oficialmente que el equipo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cocinó a su favor el informe donde demostraban que su tesis doctoral fue un copy and paste. Una tesis doctoral que meses atrás me había tenido 17 horas en la biblioteca de la Universidad Camilo José Cela comprobando que aquello era un fraude más del presidente. Un fraude custodiado como si fuese un Santo Grial por orden de Moncloa. La mano derecha del presidente, Iván Redondo, se había apresurado a blindar ese documento del cual se rumoreaba que era un plagio. Prohibieron desde el centro educativo sacar aquella tesis. Me hice pasar por un estudiante y fotografié la tesis para que se demostrase más tarde que estaba plagiada.

Una mujer de cabello rubio y largo habla frente a un micrófono, con un fondo de diseño geométrico en tonos marrones; en la esquina superior izquierda hay un letrero de neón que dice

La caja de los truenos de Sánchez

Aquello provocó un tsunami en la prensa nacional pues en países como Alemania había políticos que habían dimitido por plagio. Iván Redondo, experto en el control de medios con los recursos del poder y en la colocación de tertulianos, quemaba el teléfono de los directivos de mi empresa y el mío propio para tratar de matizar el asunto de la compañía alemana y que no fuese en portada. Yo me encontraba tomándome un kebap de pollo con extra de salsa yogur en la concurrida calle San Bernardo de Madrid. Era la cena previa a una de las experiencias más desagradables que he tenido en mi vida. Experiencia necesaria para abrir la caja de los truenos de Sánchez. El asunto que más le preocupaba tanto a él como a Redondo. Éste tuvo una obsesión desde su llegada a Moncloa: frenar el asunto más escabroso que podía salpicar al presidente. El oscuro mundo de prostíbulos y saunas gays del suegro de Sánchez, Sabiniano Gómez. Allí su mujer Begoña, según el testimonio de varios empleados, había formado parte como contable. Era la habilidad de Iván. Su capacidad de hacer malabarismos para parar temas de alto voltaje usando los resortes que le daba ser el todopoderoso jefe de gabinete del presidente Pedro Sánchez. Un poder de seducción y de sacar trucos de la chistera que puede comprobar como alumno suyo de un máster de comunicación política donde llegó a dirigirme el trabajo fin de máster sobre cómo ganar unas elecciones en el municipio madrileño de Meco.

Salí del establecimiento turco y con la cabeza gacha accedí a un local de planta calle donde se podía leer un rótulo en verde que ponía sauna. Iba con gorra y gafas pues mis colaboraciones en las televisiones (Moncloa se encargaría meses después de cortarlas en las que podía influir) podían llamar la atención del personal del local y pensar que iba a hacer un reportaje de investigación. Era la sauna Adán, conocida en el ambiente de consumidores de chaperos, como popularmente se conocen a los hombres que venden su cuerpo por dinero. Un portero búlgaro me dio las buenas noches con el rictus serio y me condujo a un office donde pagué un ticket de consumición (20 euros) y el alquiler de un juego de toallas manidas. Una señora me indicó el camino de los vestuarios y me explicó que estaba prohibido el uso de móviles y tomar cualquier imagen. En esta ocasión, al tener que estar desnudo porque el local prohibía el uso de ropa en su interior, no pude colocarme la cámara oculta que usé para entrar en una prisión de Jaén y entrevistar al asesino Bretón. Mi idea era captar todo con el móvil sin que se percatase el personal de seguridad o las cámaras. Mi idea era visibilizar la hipocresía de Sánchez quién había hecho un alegato contra la prostitución cuando su suegro se había hecho rica con ella. De hecho, en la última parte de su legislatura intentó promover la abolición de la prostitución hasta que tuvo conocimiento del escándalo del Tito Berni en el cual un diputado del PSOE hacía presuntamente favores políticos a cambio de prostitutas y dinero.

El Vestuario

En el vestuario, nada más entrar, me topé con un señor mayor con barriga cervecera. Apenas nos miramos. El local es tan decadente que pensé que a ambos nos daba vergüenza que nos reconociesen como parte de aquel ecosistema crápula. Una vez desnudo y dejando mi ropa en una taquilla repleta de garabatos como si fuese el baño de una venta de carretera me dirigí a una puerta lateral que me condujo a unas escaleras. Las subí entre luces rojas y me encontré un banco de madera y una pequeña barra donde hay una camarera mirando el m?vil. Disimuladamente tomé alguna foto del interior y vi que había cámaras de seguridad. Me avisaron que allí no se andaban con chiquitas. La chica me pregunté si quería algo y le dije amablemente que no. Le pregunté por dónde estaban las saunas y me indicó. Caminé por un pasillo y en una puerta a mi izquierda estaba la sauna. Entré y estaba en mal estado, aunque no tan mal que las instalaciones que me encontraría luego. Ni echaba vapor. Salí de allí y seguí profundizando en aquel pasillo lúgubre. Al fondo vi un grupo de chicos hipermusculados. Comenzaba mi noche de terror en la sauna gay del suegro de Sánchez, quien procedente de un humilde municipio de Cuenca (Huete) pudo crear una red de prostíbulos y saunas gays como en la que yo me encontraba.

Luces rojas y mugre

 


Me contaron sus empleados que el padre de Begoña Gómez era quién controlaba en la sombra los negocios sexuales que montó gracias a que un hermano gay heredó de un señor con el que tenía una estrecha relación, una inmensa fortuna. Con ella compraron inmuebles y salones de fiesta y tras ver que los negocios de bodas, bautizos y comuniones no daban tanto dinero se pasaron a los turbios negocios sexuales donde se manejaban importantes cantidades de dinero B. Gómez y sus hermanos llegaron a controlar con mano dura y sin regalar un céntimo a sus empleados en B hasta nueve locales al mismo tiempo. Desde prostíbulos y saunas gays en el centro de Madrid hasta puticlubs de carretera o un hotel en Lugo que era realmente un prostíbulo. La joya de la corona de los prostíbulos era Castellana 180 donde, según su Madame Lili Cristal, llegaban a hacer hasta 140.000 euros por noche entre servicios de prostitutas sin papeles, sin medidas contra la transmisión de enfermedades sexuales y con la venia de tres altos cargos de la Policía Nacional que, a cambio de sexo gratis y champán, miraban para otro lado. Se movían importantes cantidades de dinero negro. Begoña, la mujer del presidente se dejaba ver por allí en horario de mañana, para llevar la contabilidad y hacer los pedidos. Así hacía también, según empleados, en la sauna en la que me encontraba aquella noche de septiembre. Una sauna con luces rojas, paredes desconchadas y comida por la mugre. Un ambiente tétrico.

El 50% lo tiene que dejar en la caja de los propietarios

 

Antes de llegar al fondo del pasillo donde estaban apoyados contra la pared un grupo de chaperos hipermusculados me metí en una de las cabinas que había a la derecha. El suelo estaba como si no lo hubiesen fregado en semanas. Había una colchoneta de cárcel de color verde. Era el sitio donde los chaperos metían a sus clientes. Pude fotografiarme frente al espejo para demostrar que yo estuve allí y rápidamente mandé las fotografías a un familiar por si alguien se daba cuenta y me hacía borrar las imágenes. Salí de aquella habitación y me dirigí hacia el fondo del pasillo. Había humedad y hacía mucho calor. Los jóvenes tenían el torso desnudo. Sus partes las tapaban con una toalla, pero uno de ellos estaba sin ropa. "Te puedes quitar ya la toalla", me dijo un joven brasileño de cuerpo atlético. Me dijo si quería tener sexo con él. Se acercó demasiado hasta generarme incomodidad. Por 50 euros te empotro por detrás como nunca lo han hecho. Por 30 te la chupo o te masturbo. Mira que bicho tengo", me dice sujetándose su pene.

Le digo amablemente que no y le pregunto a qué se dedica. Me explica que va a esa sauna a vender su cuerpo y que el 50% lo tiene que dejar en la caja de los propietarios. Los hermanos Gómez. "No tengo papeles, vine a buscarme la vida y esto es muy rentable. Nadie me pide medidas de seguridad, aunque yo siempre uso condón", expres?. Entre su clientela me contó que tiene a obreros, políticos, jueces incluso a algún presentador de la televisión.

Sin papeles

 

Otro chico trans se acerca e intenta quitarme la toalla. Mi rostro imberbe me convierte en una presa fácil y apetecible. "Chico, no te cortes. Entramos a esa sala y te lo pasas bien. No tengas miedo. Esto es indoloro. Podemos sumar a algún amigo mío. Ese morito no veas como es. Nos metemos una raya y ni lo notas, me dijo ofreciéndome cocaína a 50 euros el gramo. Empiezan a entrarme escalofríos. Nunca había estado en un lugar de semejantes características. Comienzo a sudar. El chico se acerca más. Y me toca el brazo. Le digo, por favor, que me deje en paz. "A qué has venido sino es a esto?", me pregunta inquieto. "Es mi primera vez y quiero estar seguro y ver qué opciones hay", le dije. Un hombre corpulento y barba afilada me ve apurado y se acerca. Lleva un tanga. "¿Estás bien? Se te ve agobiado", me dijo. Le digo que soy novel. Le pregunto por su vida. "Yo suelo venir a esta sauna cuatro horas al día y suelo dar 5 servicios. Cobro 25 euros por mamada y 50 euros por media hora de sexo. Luego le doy el 50% al encargado que se lo daré al dueño. Todo en negro, por supuesto. Yo soy de los pocos que tiene papeles. Aquí tienes africanos, moros, latinos, de todo tipo de nacionalidades y mucha gente sin papeles. A veces hay peleas por clientes. Y se vende mucha droga. Esto ya no es lo que era. Antes estaba todo limpio y ahora da bastante asco. Parece que a los dueños ya no les interesa tanto el negocio", me explicó.

Era la fecha en la que Gómez ya se empezaba a despreocupar de estos negocios y dejaba la gestión en manos de su hermano Enrique. Ya había amasado tanta fortuna que le había dado para comprar varias propiedades por la Comunidad de Madrid. El chico rumano me hace una pequeña ruta por el laberíntico local. Me enseña la sauna con respeto. No me siento invadido. La sauna está en mal estado. Salimos de ahí y atravesamos por un pasillo donde a la derecha hay una sala de máquinas con pesas oxidadas. La sauna estaba en ese gimnasio porque inicialmente el gimnasio era una tapadera. De hecho, la Policía llegó a intervenir en una ocasión y cerró el negocio al no tener licencia para operar como sauna.

La tapadera de un gimnasio-sauna

 


"Desmantelado un prostíbulo masculino que utilizaba como tapadera un gimnasio", se podía leer en las páginas de sucesos de EL MUNDO en 1995. En plena demostración de sus aptitudes atléticas, exhibiendo sus cualidades físicas. Así fueron pillados, in fraganti con las manos en la masa corporal, un presunto prostituto y su supuesto cliente en un burdel camuflado de gimnasio-sauna desmantelado el martes, segín fuentes de la Policía Municipal", se podía leer en la entradilla del artículo sobre un establecimiento donde hubo varias redadas e incluso una extraña muerte en la que un trabajador murió electrocutado. También fue conocida porque un político balear pagaba con dinero público sus gastos en la sauna. En la causa en la que se la investigó hay incorporadas las facturas de su tarjeta de crédito donde aparece el nombre de Sabiniano Gómez y la cifra de 300 euros que fue lo que se gastó en la sauna. Fue acusado de usar la Visa municipal del Ayuntamiento de Palma de Mallorca para pagar gastos personales en prostíbulos masculinos que ascendían a más de 52.000 euros. Me puse en contacto con el ex político y corroboré lo mismo que estaba presenciando yo con mis ojos.

El local no pasaba por sus mejores momentos. Me explicaron los empleados (en B) de Sabiniano que el padre de Begoña comenzó a desvincularse formalmente y aparentemente del negocio desde que Sánchez lanza su primera candidatura a la secretaría general del PSOE en 2014. Personas de la candidatura rival de Eduardo Madina empezaban a extender la noticia de que el suegro de Sánchez se dedicaba a los prostíbulos y saunas gays. No saldría nada en prensa hasta un breve artículo en Voz Populi a finales de 2015 cuando Sánchez era el líder de la oposición. Eran tiempos de Mariano Rajoy. A partir de ese momento, Sánchez le pidió a su suegro, que le había pagado su vivienda familiar de Pozuelo de Alarcón con dinero del negocio de los prostíbulos y saunas gays, que se aparte de esos negocios, según fuentes próximas a Gómez.

La petición de Pedro a Sabiniano

 

El padre de Begoña inició movimientos societarios para desvincularse de los negocios, aunque según mantiene el jefe de seguridad de los mismos, estuvo controlándolos hasta un año antes de que Sánchez se enfrentase a Susana Díaz en sus segundas primarias. Por tanto, Sánchez fue líder de la oposición y concurrió a su primera carrera a Ferraz teniendo un suegro dedicado a negocios de prostitución cuando él siempre promovió la abolición de la misma. Desde sus primeras primarias siempre se lanzó la sospecha en círculos políticos que Sánchez había contado con la financiación de su suegro, aunque no hay constancia documental como sí la hay de que su propiedad familiar de Pozuelo fue un regalo que le hizo el suegro a su esposa. Las primarias en las que se recorrió España con un Peugeot y que él dijo financiar con un microcrowfunding fueron denunciadas por el PP ante el Senado.

Según en el local inspeccionando sus distintas áreas. Recorrí otro pasillo en compañía de mi cicerone. Al fondo había una puerta. "No entres ahí que da asco. Es el baño turco y hace que no lo limpian ni se sabe", me comentó. Yo lo desoigo y entro en una sala pintada de azul y con unos bancos de obra. Las paredes estaban desconchadas y un aire de viento caliente me dio una bofetada en la cara. Apenas pude aguantar treinta segundos. Empecé a notar que me picaba todo el cuerpo. Salí de allí y entendí que era el momento de marcharme. Fui al vestuario, me vestí y de, repente, se me cortó la respiración cuando escuché al portero búlgaro. "¿No se va a tomar la copa?", me preguntó. Le dije que no y que me había surgido un problema de última hora. Me fui rápido y rezando porque no detectase en mi galería de fotos las imágenes del interior del local.

La historia que quiso ocultar Moncloa "para siempre"

Cogí el coche y puse rumbo a mi domicilio. Me pegué una ducha de agua fría, me enjaboné como si no hubiese un mañana. Tenía tanta adrenalina en el cuerpo que me fui a la redacción donde trabajaba. Me gustaba escribir en la soledad de la redacción para concentrarme bebiendo Red Bull. Redacté el artículo con la pasión de tener muy reciente la experiencia. Abandoné la redacción en torno a la seis de la madrugada. Al día siguiente regresé después de comer con la sensación del encargo que me habían hecho cumplido. Estaba impaciente por ver mi firma en la portada del domingo y destapar un asunto silenciado por los grandes medios. No hay cosa que me guste más. En el pasillo del periódico me topé con un alto directivo con el que tenía una relación estrecha que me preguntó: "Negre, ¿qué portada nos tienes para el domingo?". Le enseñé mis fotos en el interior de la sauna y le contextualicé. Él se quedó en silencio y segundos después exclamó: "No me jodas. Le has echado un par de huevos. Le va a sentar fatal a Moncloa", me dijo. Mi jefe directo y el director del periódico me aseguraron que era la portada para el domingo."Es un bombazo", me dijo mi responsable. Quise llamar a Redondo para poder recabar la versión del presidente y ahí se activaron todas las alarmas en Moncloa.

Era el tema del que nadie se había atrevido a escribir en profundidad. Y menos a infiltrarse entre chaperos. Era un miércoles. El cierre de la edición del suplemento de reportajes del domingo se hacía el viernes por la noche. El jueves por la mañana me informaba el mismo directivo al que le había adelantado la historia que no podía salir el tema "por ahora". El cabreo de mi jefe y mío fue monumental. Había sido un error de novato adelantar la exclusiva tanto al directivo como a Redondo, ambos en comunicación permanente. Ese "por ahora" se convirtió la semana siguiente en un "para siempre". Días más tarde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, restablecía las relaciones con nuestro grupo mediático tras meses de ruptura y aparecía en un acto de una cabecera del grupo. El fontanero mayor del sanchismo había hecho su trabajo. Sus recursos eran inagotables. Iván Redondo lo había vuelto a hacer. Y la exclusiva se quedó en un cajón. Hasta ahora.

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