Medios internacionales exponen la explotación de inmigrantes en la agricultura Europea
Según el estudio en la mayoría de los países analizados los trabajadores inmigrantes reciben salarios inferiores
La industria agrícola en Europa está bajo un escrutinio intenso debido a la explotación sistemática de aproximadamente 2,4 millones de trabajadores migrantes. Según un reciente informe de la Universidad Pontificia Comillas y Oxfam Intermón.
El estudio, titulado "Esenciales, pero invisibles y explotados". Destaca la violación constante de los derechos de estos trabajadores en nueve países europeos, exponiendo las duras realidades que enfrentan en su día a día.
Los trabajadores migrantes constituyen alrededor del 25% de la fuerza laboral en el sector agrícola europeo. Una cifra que podría ser aún mayor en realidad. Estos empleados son esenciales para la producción de frutas y verduras en Europa, pero a menudo son invisibles y están sujetos a condiciones laborales inaceptables.
El informe revela que estos trabajadores enfrentan salarios por debajo del mínimo legal. Además de jornadas laborales extremadamente largas y una falta generalizada de derechos y protecciones laborales.
En la mayoría de los países analizados, excepto Finlandia, los trabajadores migrantes reciben salarios inferiores al mínimo establecido por la ley. Las mujeres, en particular, son las más perjudicadas. En la provincia española de Huelva, por ejemplo, la mitad de las trabajadoras entrevistadas informaron que ganaban menos que sus colegas varones.
En Italia, las mujeres migrantes ganan hasta un 30% menos que los hombres. Esta disparidad salarial refleja una discriminación profundamente arraigada en el sector agrícola.
Condiciones de trabajo inhumanas
El informe documenta casos de abusos sexuales, intimidación y violencia, especialmente en respuesta a huelgas y protestas laborales. Los trabajadores con permisos temporales o en situación irregular son especialmente vulnerables a la explotación debido a su estatus precario. Un ejemplo extremo es el de los recolectores de frutas del bosque de Tailandia en Suecia, que trabajaban jornadas de hasta 19 horas al día.
La situación de alojamiento para estos trabajadores es igualmente alarmante. Muchos viven en asentamientos improvisados sin acceso a agua corriente, electricidad o sistemas adecuados de recogida de residuos.
Estos lugares, a menudo aislados de los núcleos urbanos, son propensos a enfermedades e incendios. Además, las mujeres han denunciado casos de chantaje sexual por parte de los supervisores de los alojamientos. La extrema precariedad de las condiciones de vida de estos trabajadores revela una falta de compromiso por parte de los empleadores y las autoridades públicas.
Los accidentes laborales son frecuentes debido a la falta de formación y equipamiento de protección adecuados. En España e Italia, los trabajadores a menudo sufren caídas, cortes, mordeduras de animales, golpes de calor y envenenamientos por productos fitosanitarios.
Un caso trágico en Murcia involucró a un trabajador que murió después de no recibir agua durante un día de trabajo. Con temperaturas que alcanzaron los 44 grados centígrados.
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