
Mazón da la cara por los valencianos mientras Sánchez bloquea 2.500 millones
Pedro Sánchez castiga a la Comunidad Valenciana con un impago de 2.500 millones para servicios públicos
Carlos Mazón ha vuelto a alzar la voz por todos los valencianos, castellonenses y alicantinos. Lo ha hecho con una petición que ya no es solo urgente, sino vital: la aprobación inmediata del FLA extraordinario que el Gobierno de España sigue bloqueando sin ofrecer ni explicaciones ni alternativas. Una irresponsabilidad que pone en jaque a los hospitales, colegios, centros sociales y al tejido económico de la Comunitat Valenciana.
Mientras Pedro Sánchez juega a las cumbres internacionales y a las declaraciones grandilocuentes en La Habana, más de 2.500 millones de euros siguen sin llegar a nuestra autonomía. Y con ellos, se paraliza la reconstrucción postdana, se agravan los retrasos en pagos a proveedores, y se asfixia a sectores esenciales como la sanidad, la educación o la atención social.
Mazón ha sido claro y contundente: no es un problema de gasto, sino de ingresos. La Comunitat Valenciana es la peor financiada de España por un sistema autonómico caducado desde 2014, que ningún gobierno socialista ha querido reformar. Y aun así, el Consell ha conseguido reducir el déficit en casi 1.300 millones en solo dos años, un esfuerzo titánico frente al desprecio presupuestario de La Moncloa.
Hoy, el president ha apelado a la unidad, a un frente común con lealtad institucional, pero también ha denunciado el “silencio administrativo” con el que el Ejecutivo central responde a nuestras urgencias. Ni se transfiere el anticipo solicitado en enero del Fondo de Solidaridad Europeo, ni se actualizan las entregas a cuenta, ni se aprueba el fondo de nivelación. Nada.
Y lo más grave es que se obliga a la Generalitat a seguir endeudándose mientras Madrid retiene fondos que ya pertenecen a los valencianos. ¿Qué nombre tiene eso? Castigo, marginación o simplemente, abandono. Llamémoslo como queramos, pero el resultado es el mismo: un Gobierno que castiga a una autonomía por no ser de su color político.
Carlos Mazón no se calla y hace bien en no hacerlo. Está defendiendo lo que nos corresponde por derecho: recursos justos para servicios dignos. Porque sin financiación no hay justicia territorial ni cohesión social. Y porque gobernar no es salir en la foto: es cumplir con tu deber. Sánchez, por desgracia, ya ha elegido lo primero.
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