
Marlaska maquilla los delitos excluyendo la ciberdelincuencia de sus boletines
El Gobierno sigue obviando que los delitos más graves aumentan y son los más peligrosos
El Gobierno de España asegura que la criminalidad ha descendido. Lo repite a diario. Y lo justifica con los datos del Ministerio del Interior.
Pero esos boletines están sesgados. Y eso cambia por completo la fotografía de la seguridad en las calles.
A finales de 2022, el gabinete de Fernando Grande-Marlaska decidió un cambio de criterio. Separó la delincuencia "convencional" de la ciberdelincuencia.
Como consecuencia, el número total de delitos cae en las estadísticas oficiales. Al mismo tiempo, se mezclan delitos leves con graves. Así, la cifra global baja, pero la gravedad de los delitos aumenta.

En 2017, Interior registró 2.013.534 infracciones penales. En 2024, según la misma fuente, la cifra desciende a 1.989.271.
La conclusión oficial: la criminalidad cae. Pero hay un detalle clave. La ciberdelincuencia queda fuera del cómputo.
Si se suman los 470.388 delitos informáticos, el total real asciende a 2.459.659. Es decir, que la criminalidad ha crecido un 22,16% desde 2017.
No solo ha crecido. Los delitos graves se disparan. Entre 2017 y 2024, los asesinatos consumados pasan de 289 a 348, un 20,4% más.
Los asesinatos en grado de tentativa suben de 799 a 1.343, un 68% más.
Las lesiones y riñas tumultuarias aumentan de 18.086 a 29.432, un 62,8% más. Los secuestros, de 69 a 105, un 52,2% más.
El caso más alarmante son los delitos sexuales. Las agresiones con penetración se disparan un 275,3%, de 1.387 a 5.206 en solo siete años. A pesar de esto, el Gobierno sigue utilizando el cambio metodológico para afirmar que "las calles son más seguras que hace diez años".

El sindicato Una Policía para el Siglo XXI critica esta estrategia. La califica de “trampa estadística de manual”.
Explica que la tasa de criminalidad se calcula sumando todos los delitos y dividiéndolos entre la población. Así, un hurto de diez euros pesa lo mismo que un asesinato o una violación.
El resultado es grotesco, advierte el sindicato. La tasa global baja por la caída de hurtos leves. Pero aumentan los delitos que destrozan vidas: asesinatos, violaciones, palizas, agresiones sexuales.
Según los profesionales, la foto oficial muestra seguridad donde la realidad refleja todo lo contrario.
Para expertos en criminología, esta manipulación estadística es peligrosa. Oculta la verdadera inseguridad. Convierte lo que debería ser un diagnóstico riguroso en propaganda política.
Mientras la opinión pública celebra una bajada aparente, la violencia grave se dispara. La ciudadanía percibe un aumento de la inseguridad. Y los datos reales de criminalidad, sumando los ciberdelitos, muestran una tendencia clara.
Y es que la seguridad en España no ha mejorado, sino que se enfrenta a nuevos y complejos desafíos.
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